Las frutas son fundamentales para construir una dieta sana y equilibrada. Los nutricionistas nos aconsejan tomar 5 unidades al día de frutas y hortalizas frescas como forma de cambiar hábitos poco saludables. Se ha comprado que en los últimos años ha descendido el consumo de frutas por persona, llegando a niveles poco recomendables. Además, el avance de nuevos modelos de dieta ha supuesto el desplazamientos de los alimentos frescos en favor de los procesados, menos sanos y aconsejables ya que favorecen la obesidad y enfermedades como el colesterol.
Para mejorar tu dieta y poner un toque de color y sabor, las frutas van a ser tus mejores aliadas, si bien debes en tener en cuenta que hay que saber bien qué frutas elegir, en qué momento del día tomarlas y cómo combinarlas para que puedas comer fruta en caso de que no te guste o no suelas comerla a diario. En este artículo te contamos cómo combinar las frutas de forma adecuada y convertirlas en uno de los pilares de tu dieta diaria.
¿Qué beneficios tiene la fruta y qué clases de frutas hay?
Aunque son bien conocidos, muchas veces los obviamos y tendemos a optar por alimentos menos sanos y aparentemente más sencillos y cómodos de servir y comer. Y es que, a menudo nos dejamos vencer por la desidia y por no perlar la fruta, exprimirla o licuarla para hacer zumos o batidos y limpiar los cacharros que hemos manchado, no la consumimos. Es por ello que quizás debas considerar que si deseas limpiar tu organismo de toxinas, nada mejor que comer fruta, lo mismo que si quieres tener unas buenas digestiones y procurarle a tu organismo una gran variedad de vitaminas y nutrientes. De 2 a 4 porciones diarias de frutas te darán la energía necesaria para afrontar tu día a día.
Las frutas se clasifican según si su sabor es dulce o ácido. Así, entre las frutas dulces se destacan el melón, la sandía, las cerezas, las granadas, las uvas, los albaricoques, la manzana roja y las peras, entre otras; las neutras son el coco, la macadamia y el cacao; las semi-ácidas son las limas, las manzanas verdes, las frambuesas, los mangos, las ciruelas, las fresas y los duraznos, mientras que las frutas ácidas son las naranjas, las piñas, los arándanos, los limones, los pomelos, los kiwis y los tamarindos. Una clasificación que los especialistas consideran fundamental tener presente para no caer en errores al hacer combinaciones de frutas poco favorables e inapropiadas para el organismo.
Cómo combinar las frutas
Hay mezclas de frutas que pueden ser muy sabrosas, pero que pueden resultar nefastas para la digestión. Así, la mezcla de frutas dulces y ácidas pueden ser poco apropiadas y tener efectos secundarios como ardores de estómago o gases. Entre las combinaciones poco aconsejables se destacan la combinación de naranja y zanahoria, la de lácteos con piña, la de vino con sandia, la de banana con guayaba, la de melón con plátano, la de papaya con naranja o con limón, la de cereza con pera o la de naranja con limón.
Además de desaconsejarse estas combinaciones, también se recomienda no mezclar las frutas de grupos diferentes, no comer frutas del grupo de ácidas tras las comidas, lavar siempre las frutas con agua y tomar las frutas ácidas por la mañana, evitando comerlas a partir de las 6 de la tarde y cambiándolas por frutas dulces a las noches, teniendo cuidado con frutas como el melón y la sandía, frutas con mucha agua y que, si se toman en gran cantidad puede provocar malas digestiones. También es aconsejable masticar siempre bien las frutas y optar siempre por las de temporada.
Esperamos que con toda esta información aprendas a combinar las frutas de forma adecuada y saques todos los espléndidos beneficios que le brindan a tu organismo. ¡Anímate a disfrutar de lo natural!
