Aunque tenga más de 5.000 años de antigüedad, la quinoa se ha convertido en las últimas décadas en el cereal estrella de las dietas más saludables. Actualmente, muchos nutricionistas y expertos en alimentación consideran que la quinoa merece la categoría de superalimento debido a los múltiples beneficios que este aporta a nuestra salud.

Entre sus nutrientes más destacados hay que señalar su alto aporte de proteínas de origen vegetal. Y es que se calcula que el nivel proteico de la quinoa es aun más alto que el de otros cereales como el maíz o el trigo, por ejemplo.

Además, este cereal procedente de Latinoamérica es también rico en aminoácidos, especialmente en lisina, arginina e histidina, todos ellos son esenciales para el correcto desarrollo del cerebro durante la infancia y la adolescencia.

Otro de los nutrientes destacados de la quinoa son los ácidos grasos esenciales, como por ejemplo, el ácido linoleico. Además, se trata de un cereal con un bajo índice glucémico, por lo que no contribuye al aumento de los niveles de azúcar tras su ingesta.

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Pasos para cocinar la quinoa

Aunque la quinoa no es un cereal propiamente dicho, su alto contenido en almidón hace que su preparación sea muy similar a la de otros cereales, como por ejemplo, el arroz o el cuscús.

1. Precisamente, la gran cantidad de almidón que contiene nos obliga a tener que lavarla muy bien antes de ponernos a cocinarla, siendo recomendable pasarla varias veces por debajo de un chorro de agua, y después escurrirla bien.

2. Al igual que sucede con los arroces de grano largo, la quinoa precisa de dos tazas de líquido por cada taza de cereal. Además, no necesita más de unos 20 minutos de cocción si la cocinamos a fuego normal.

3. Una vez que esté bien lavada, es conveniente añadir un chorrito de aceite de oliva en la olla o en el cazo en la que vayamos a prepararla. Una vez que el aceite está templado, añadiremos una taza de quinoa por ración, y la moveremos durante unos dos minutos hasta que se absorba toda la humedad que contiene tras el lavado.

4. Después, se añadirán dos tazas de agua o de caldo por cada taza de quinoa que hayamos puesto en la olla. Si quieres enriquecer el sabor y la textura de tu plato, prueba a añadirle caldo de verduras o de carne, en vez de agua.

5. Además, no olvides añadir una pizca de sal y de poner una tapa encima a la olla, para que la quinoa se vaya cocinando poco a poco a fuego lento.

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¿Cuál es la mejor forma de preparar la quinoa?

Además de la forma tradicional, puedes sacarle mucho más jugo a tus recetas con quinoa si, durante la cocción, añades también algunos vegetales como espárragos trigueros en trozos, zanahoria o brócoli. También le van bastante bien otras verduras como, por ejemplo, el pimiento, el calabacín, la cebolla o el puerro.

Muchos expertos en cocina utilizan también la quinoa como ingrediente principal de frescas ensaladas. Para ello, es preciso dejarla enfriar en el frigorífico durante unas horas una vez que la hemos cocido de la forma tradicional. A esta receta para cocinar la quinoa se le suelen añadir vegetales frescos como tomate en trozos, pimiento crudo, cebolla, pepino o alcachofas cocidas.

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Y finalmente, si quieres darle un toque más fresco y ligero, añade brotes verdes y mézclalos bien con la quinoa cocida, como por ejemplo, canónigos, berros, o alguna variedad de lechuga específica, como la iceberg o la trocadero. Para finalizar esta rica ensalada, pica un poco de menta fresca o hierbabuena y añádela como broche de oro a tu receta.