El alga dulse puede encontrarse junto a otras algas comestibles en las costas rocosas. Es de color rojo con un ligero toque picante y se consume desde los antiguos celtas.

En aquellos tiempos se utilizaba para combatir el escorbuto, una enfermedad debido a la carencia de vitamina C en alta mar. Su contenido en esta vitamina se asemeja al de las frutas, por lo que es muy beneficiosa.

Qué te aporta el alga dulse

Esta verdura de mar se compone de carbohidratos, proteínas, poca grasa, fibra, hierro, calcio, yodo, fósforo, potasio, vitaminas B1, B2 y vitamina C.

Generalmente, las algas tienen altos contenidos en minerales, por lo que puedes introducirlas a tu dieta y obtener con ello una alimentación muy variada. De hecho, el hierro de las algas se asimila mejor que el origen animal.

Las algas se utilizan por sus propiedades enfriadoras en la medicina china. Alivian los sofocos, el ardor de estómago y combate el estreñimiento.

Son muy recomendables para la alimentación para deportistas, ya que reponen los minerales que se desgastan debido al ejercicio y el sudor.

Alto contenido en calcio

El alga dulse tiene muchas concentraciones de calcio. Es un alimento muy recomendable en la alimentación vegana, o si estás con la menopausia. Si quieres prevenir la osteoporosis u otras enfermedades relacionadas con los huesos, te recomendamos su consumo tres o cuatro veces por semana.

Cualidades depurativas

Las algas contienen mucha fibra y antioxidantes, son adecuadas para depurar el hígado, para adelgazar, para bajar el colesterol y el estreñimiento.

Los polisacáridos son los encargados de desintoxicar el hígado, de hecho, esto ayuda a mejorar el estado de la piel. Incluso hay quien añade polvos de esta alga a su crema facial para obtener beneficios.

Por qué introducir el alga dulse en tu dieta

Esta alga no precisa cocción, lo que la convierte en una de las algas más buscadas además de tener una textura suave y un sabor delicado. Su alto contenido en vitamina C y antioxidantes la convierten en un buen aliado para los problemas relacionados con la vista, reduciendo los daños que pueden ocasionar los radicales libres. Sus propiedades son beneficiosas para nuestro sistema inmune además de nutrir la piel.

Las proteínas de estas algas contienen los aminoácidos esenciales que necesita nuestro organismo. La mejor manera de obtener sus beneficios es consumirla en crudo.

Además de la vitamina C, tiene vitamina A que también está relacionada con la mejora de la visión. Ayuda a regenerar los tejidos y puede retrasar la aparición de las cataratas. Sus vitaminas colaboran en el desarrollo de glóbulos blancos y regeneran las mucosas aportando colágeno.

Los ácidos grasos poliinsaturados de las algas son buenos para el corazón, para el buen funcionamiento de nuestro cerebro y del sistema nervioso. De hecho, los omega3 del alga dulse están muy bien considerados gracias a la mejora de la circulación, genera además de la mejora de la actividad cerebral y el sistema nervioso.

Contraindicaciones de tomar algas

En un principio, su consumo no debe suponer un riesgo si tomamos las cantidades adecuadas. Al igual que otros alimentos, puede haber riesgos de alergia, cuyos síntomas pueden ser varios. Algunos de ellos podrían ser dolor abdominal, náuseas, vómitos, hinchazón o urticaria.

Por otro lado, en ocasiones puede generar algún que otro desajuste en la tiroides por su alto contenido en yodo. Es recomendable que las personas con estos problemas reduzcan el consumo de algas.

Cómo utilizar el alga dulse

Esta alga viene en varios formatos diferentes: en polvo, en escamas, enteras, desecadas, frescas o en cápsulas.

Las desecadas deben hidratarse mojándolas con agua. Es la más común a la hora de adquirirla y la más cómoda. De esta manera pueden durar mucho tiempo y no te importe tener de más reservadas.

El polvo de alga puede utilizarse para el uso culinario, aunque también con fines cosméticos.

¿Te atreves a introducir el alga dulse en tu alimentación?