Los 5 riesgos de la comida precocinada

Comida precocinada

Nuestra sociedad vive a una velocidad vertiginosa, y para cumplir con todo muchas veces nos vemos obligados a recurrir a la comida precocinada. Pese a saber que no es la opción ideal, que el ponernos el delantal y cocinar nosotros mismos es más recomendable.

El mismo plato estará más bueno si lo hemos preparado nosotros que si lo hemos comprado ya hecho -aunque sea por la satisfacción y el esfuerzo invertido-, pero también hay que tener en cuenta otros aspectos por los que no decantarse por la comida precocinada: los riesgos.

Cómo puede perjudicar la comida precocinada al organismo

Los riesgos de la comida precocinada para la salud son diversos. A la hora de incluirlos en tu dieta tienes que tener en cuenta los siguientes aspectos:

Nutrientes perdidos

Por mucho que cada vez se utilicen técnicas de preparación más avanzadas de estos alimentos, es innegable que por el camino se pierden muchos de los nutrientes que ingeriríamos si hubiésemos preparado en casa ese mismo plato.

Mientras se precocinan ya se pierden nutrimentos, y cuando los calientas en casa gran parte de las vitaminas que deberían aportarnos se evaporan. El valor nutricional se resiente, y muchas veces nos pueden provocar déficit de algún nutriente esencial.

¿Qué estoy comiendo?

Comida precocinada

Outlook 24 Hr || Shutterstock

Otro de los riesgos de la comida precocinada es que no podemos identificar con precisión qué estamos comiendo. Más allá de las diferencias que pueda haber entre el mismo alimento precocinado de dos marcas distintas, la información de los ingredientes no es tan clara como debería.


Al margen de la desinformación que provoca en los consumidores, el etiquetado inexacto puede ser problemático para los alérgicos. Tampoco sabemos exactamente qué aceites se utilizan, y se intentan ocultar las grasas y la sal que tienen.

Un exceso de sal, azúcar y calorías

El sodio es uno de los mejores conservantes que existen, y para acentuar el sabor de estos platos precocinados suelen llevar un extra de sal, peligroso para las personas hipertensas.

A parte de la sal, se utilizan otros condimentos, a veces excesivos, para acentuar el sabor. El resultado es una digestión más pesada. También contienen más azúcar que los alimentos preparados en casa, y su valor energético es superior al de los frescos por lo que la ingesta de calorías innecesarias será mayor. El resultado, aumento de peso, obesidad, diabetes y problemas relacionados.

Uso de aditivos

No estaremos comiendo solo más sal o azúcar del que deberíamos, los alimentos precocinados también suelen llevar conservantes, colorantes o antiapelmazantes para mejorar su conservación y el aspecto que tienen al comerlos.

Sus más firmes defensores dirán que algunos productos frescos también los llevan, pero los utilizan en menor cantidad. En cualquier caso, deberíamos reducir el consumo de estos aditivos, que son poco saludables.

Grasas saturadas y colesterol

Finalmente, la comida precocinada es una de las fuentes más habituales de colesterol y grasas saturadas, con lo que no le estaremos haciendo ningún favor a nuestra salud cardiovascular. Uno de los efectos de las grasas saturadas es que tienden a aumentar los niveles de colesterol en sangre; y estas grasas saturadas son parte fundamental en las salsas que llevan estos alimentos.

Durante la preparación de los mismos también se utilizan grasas saturadas, y las consecuencias de un consumo regular de estas grasas a medio y largo plazo pueden ser desastrosas.

Ventajas de la comida precocinada

Si tan mala es la comida precocinada, ¿por qué es tan habitual? Como decíamos al principio, el frenético ritmo de vida que llevamos nos impide alimentarnos correctamente, y la comida precocinada es una de las formas más fáciles de ahorrar tiempo en la cocina. Los alimentos duran más tiempo, tenemos una gran variedad de productos y cada vez aparecen más pre-cocinados bajos en sodio, light, sin azúcar o colesterol, etc. Eso no quiere decir que sean saludables, siempre es preferible el fresco, así que trata de reducir al mínimo el consumo de alimentos pre-cocinados.

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