Seguro que más de una vez has oído hablar de los alimentos procesados. En realidad todos los alimentos que encontramos en el supermercado están procesados de alguna u otra forma (la fruta y las verduras se han recogido del campo, la carne picada ha pasado por la picadora, etc.), pero cuando nos referimos a los alimentos procesados hablamos de los químicamente procesados. Hay que tener muy claro que son los alimentos procesados, ya que tienen sus ventajas y sus desventajas.

Los alimentos procesados se han fabricado a partir de ingredientes refinados o sustancias artificiales, lo que entre otras cosas implica la pérdida de algunos nutrientes que encontraríamos en ese mismo alimento sin procesar. A cambio ganamos seguridad eliminando posibles microorganismos patógenos, y su conservación es más fácil. Estas serían las grandes ventajas de los alimentos procesados. Además se potencian el gusto, el sabor o el aroma de la comida, pero no podemos perder de vista los aspectos negativos.

Desventajas de los alimentos procesados

Precisamente esa potenciación de su gusto es uno de los grandes riesgos de los alimentos procesados, ya que nos hacen comer mucho más. No exageramos si decimos que son adictivos, ya que están diseñados para que no nos dejen saciados y siempre queramos más. Ayudan a liberar dopamina, haciendo que nos sintamos bien y queramos seguir comiéndolos, mientras que la comida sin procesar nos ayuda a saciar el hambre.

Monkey Business Images || Shutterstock

Una de las consecuencias directas de esa “adicción” a los procesados es el riesgo de obesidad, una razón de peso para alejar de nuestra dieta los alimentos procesados tanto como podamos. Entre los aditivos que utilizan encontramos el glutamato monosódico, el jarabe de maíz alto en fructosa o los endulzantes artificiales; todos ellos son aditivos ligados con los problemas de sobrepeso. También son ricos en carbohidratos refinados, lo que hace que se disparen los niveles de azúcar en sangre... y que volvamos a querer más cuando baja el azúcar.

Antes decíamos que durante el procesado los alimentos pierden una importante cantidad de minerales y nutrientes. Normalmente esa pérdida se intenta sustituir con minerales y vitaminas sintéticas, pero nunca se puede conseguir la misma cantidad que en el alimento natural -y la calidad es inferior-. La fibra también se pierde en el procesado, cuando no se elimina de forma intencionada lo que se traduce en unos alimentos menos eficaces contra el estreñimiento. Además, la fibra nos ayuda a sentirnos saciados más rápido.

Twinsterphoto || Shutterstock

Falta de información sobre los alimentos procesados

Pero si hablamos de los peligros de los alimentos procesados hay que mirar la etiqueta, aunque en realidad no nos dirá mucho de los que estamos comiendo. Muchas veces nos encontramos con presuntos alimentos frescos, naturales o libres de azúcar, pero eso no quiere decir que sean más saludables, ya que están procesados: modificación genética, pesticidas, aditivos, ingredientes artificiales... Hay que leer bien los ingredientes e información nutricional de lo que comemos, ya que muchas veces picamos y compramos supuestos alimentos saludables que no lo son.

Minerva Studio || Shutterstock

De hecho, es fácil que en la etiqueta encuentres conservantes (así se alarga la vida útil del alimento sin que se pudra), colorantes (le dan ese color tan llamativo), texturizantes (le dan su particular textura) o potenciadores del sabor, todos ellos productos químicos... a los que podríamos añadir otros que ni siquiera aparecen en la etiqueta. En la información nutricional también suelen brillar por su ausencia las grasas trans o aceites grasos que contienen estos alimentos.

Como ves, los alimentos procesados no son tan beneficiosos como podríamos pensar, sino que se asocian a diversos problemas y enfermedades. Por eso deberías intentar alejarlos de tu dieta todo lo posible, apostando por una dieta donde los alimentos no procesados sean los protagonistas.