Seguro que las conoces y las has visto como decoración de postres y pasteles. Cerezas, trocitos de piña, rodajas de limón, de pera o de albaricoque, gajos de naranja… son las frutas confitadas o escarchadas, un dulce capricho que, muy de vez en cuando, te puedes permitir.

Es una golosina natural a tener en cuenta frente a ese mundo irresistible de chuches  repletas de colorantes y conservantes artificiales. La fruta escarchada es simplemente eso: fruta, pero que ha sido transformada por la acción del azúcar, un conservante natural empleado desde hace siglos).

¿Qué son las frutas escarchadas?

La fruta escarchada es ampliamente conocida, pero las características y propiedades de este alimento son poco conocidas. Debes saber que:

• Las frutas escarchadas no contienen productos químicos. Su textura, aroma y color es natural, solo modificado por la acción del azúcar.

• Conservan solo una parte de sus vitaminas y minerales: por ejemplo, la vitamina C, se pierde en el proceso.

• Con la técnica del escarchado, el azúcar penetra en el interior de la fruta en forma de almíbar. En un segundo paso, ese azúcar cristaliza y sustituye al contenido en agua, por eso la fruta se conserva "deshidratada".

• Estas frutas son un alimento con un aporte calórico muy alto, “puros” hidratos de carbono, por lo que su consumo debe ser ocasional.

• En un lugar adecuado (seco y alejado de fuentes de calor), pueden durar meses en perfecto estado.

• Como toque final, la fruta escarchada puede presentarse recubierta de azúcar glass (fruta glaseada) o también de chocolate. Toda una delicia pero…¡ojo con la suma de calorías!.

¿Te animas a hacer frutas escarchadas en casa?

Preparar en casa fruta escarchada es un proceso sencillo pero muy laborioso porque requiere tiempo. Si quieres intentarlo, elige siempre fruta de calidad y que se encuentre en su momento óptimo de maduración. Como segundo ingrediente solo necesitarás azúcar para elaborar un denso almíbar (y un poquito de paciencia). Como medida general, calcula 1 kg. de azúcar por cada kg. de fruta y ½ litro de agua.

Aunque existen distintas variaciones de esta técnica, los pasos básicos a seguir para hacer tus frutas escachadas son:

• Prepara la fruta, cortándola como prefieras: rodajas, gajos, trocitos pequeños… elimina cáscaras, pieles, huesos, semillas y membranas.

• Ponlas en remojo 24 horas, cambiándoles el agua 3 veces.

• Calienta las frutas en un cazo con agua que las cubra, solo unos minutos. Cuando empiecen a flotar, retíralas con cuidado y déjalas enfriar.

• Las frutas ya está lista para someterse a la acción del almíbar, pero para que éste penetre mejor, puedes hacerles algún pequeño corte. Colócalas en una fuente sin amontonarlas.

• La complicación de preparar fruta escarchada radica en que tendrás que hacer varios almíbares cada uno más denso que el anterior. Para el primero, vierte la mitad del azúcar en el medio litro de agua y deja que se vaya disolviendo a fuego lento.

• A temperatura ambiente, vierte este primer almíbar sobre las frutas y deja que se “empapen” al menos 12 horas.

• Pasado este tiempo, recupera el almíbar que las cubre y ponlo de nuevo al fuego añadiendo 75 gramos más de azúcar (recuerda que solo habías añadido la mitad del total, 500 gramos). Vierte la mezcla y vuelve a esperar (otras 12 - 48 horas). Se trata de repetir el proceso al menos tres veces, logrando un almíbar cada vez más espeso (almíbar + azúcar + tiempo de espera con las frutas cubiertas).

Lograr tu objetivo te llevará al menos una semana. Cuanto más tiempo estén las frutas en almíbar, más dulce quedarán y más aguantarán perfectas para que puedas tomarlas solas o utilizarlas en recetas de repostería. No es difícil, es simplemente cuestión de tiempo. La recompensa es tener tus propias frutas escarchadas, totalmente naturales, y, eso sí,repletas de calorías en forma de azúcar.