El miso, además de ser una sopa, es el nombre que lleva uno de los ingredientes que la compone. Este alimento viene a ser una pasta aromatizada con soja y los hay de varios tipos. Tiene un tono pardo y se obtiene tras un costoso proceso que consiste en la fermentación láctea, sal, soja, legumbre y cereal. El hongo encargado de la fermentación se hace llamar Aspergillus Orizae (kōji).
Hace siglos, se creía que el consumo de miso alargaba la vida y generaba felicidad. Hablamos de una gran fuente de enzimas naturales, probióticas y un gran contenido en aminoácidos. Veamos que más propiedades tiene este elixir.
Los beneficios del miso
Los nutrientes que nos aporta la sopa de miso vienen cargados de beneficios gracias a sus propiedades. Apenas tiene grasa, por lo que no engorda y es bueno para reducir el colesterol. La sopa de miso contiene fibra y proteínas, esto favorece el tránsito intestinal y ayuda a reparar tejidos. Por otro lado, la soja presente en esta pasta tiene isoflavonas, y éste es un componente que ayuda a reducir los riesgos de desarrollar algunos tipos de cáncer.
En una sopa de miso podemos beneficiarnos también de antioxidantes, los cuales nos ayudan a protegernos de los radicales libres. Este fabuloso plato viene cargado de vitaminas A, B y C, K y ácido fólico, que nos ayudarán a revitalizar el sistema inmune.
Los minerales como el potasio, el selenio, magnesio y calcio, también están presentes. Con ellos nuestros huesos y articulaciones se verán favorecidos.
¿Cómo podemos consumir el miso?
El miso es uno de los alimentos considerados parte de los principios de la filosofía japonesa. Hablamos del ying y del yang. Existen varias maneras de hacerlo, aunque hay que decir que hay una receta seguida por cientos de generaciones japonesas. Sus principales ingredientes son el miso y algas wakame. También es muy típico incorporar tacos de tofu, setas, verduras o puerro e incluso carne.
El conjunto de estos alimentos se convierte en un buen depurativo para la sangre, para nuestros órganos, mejora el aspecto de la piel y el cabello. Los japoneses también lo utilizan como un buen reconstituyente en etapas catarrales. Así que, tomar sopa de miso dos veces por semana te proporcionará muchos beneficios.
¿Qué miso podemos encontrar en el mercado?
Las variedades de miso más conocidos son el mugi miso elaborado con soja y cebada. También tenemos el hatcho miso elaborado con soja y genmai miso, con soja y arroz integral.
Sin embargo, también existen tras variedades consumidas por los japoneses dependiendo de su clima y costumbres:
- Miso soba, hecho con trigo sarraceno.
- Miso natto, elaborado con jengibre y cebada.
- Komé miso, con arroz blanco y soja. Éste es muy popular entre la aristocracia japonesa, se dice que era el que consumían los samuráis.
- Taima miso, elaborado con las semillas de cáñamo.
La sopa de miso la consumen tanto en los desayunos, como almuerzos o cenas. Es un alimento básico utilizado como acompañamiento en la gastronomía de Japón.
Receta de la sopa de miso
Esta receta es sencilla y muy beneficiosa, si te gusta la comida japonesa y las sopas, te animamos a probarla:
Ingredientes:
- 2 cuencos de caldo de alga dashi
- ½ paquete de tofu
- 2 cucharadas de miso (el que queráis)
- 20 gr de wakame hidratada
- Cebolleta o puerro
Elaboración:
Cortamos el tofu con mucho cuidado para que no se rompa en dados. Calentamos el caldo de dashi hasta el punto de ebullición y retirar. Cogemos un poco de ese caldo y lo ponemos en un cuenco donde pondremos el miso. Removemos bien hasta su total disolución.
Posteriormente lo mezclamos con el resto del caldo dashi, añadimos el alga wakame y el tofu. Incorporamos también el puerro o la cebolleta picada y servimos bien caliente.
