Puede que alguna vez hayas oído hablar de él, pero ¿sabes qué es el trigo sarraceno? Aunque pueda sonar mal, el trigo sarraceno es un pseudocereal, una alternativa al trigo tradicional más rica en proteínas que los cereales, que supone un importante aporte de nutrientes y minerales para nuestro organismo. Al no ser un cereal convencional sus valores nutricionales difieren de los del trigo por lo que el trigo sarraceno no tiene gluten, convirtiéndose así en una opción más que interesante para todos los celíacos

De origen asiático, en Europa también está muy implantado. Llegó en la época de las Cruzadas, aunque en el neolítico ya se cultivaba en los Balcanes. Los famosos fideos soba son el mejor ejemplo del uso del trigo sarraceno en los países orientales como Japón, pero también es un elemento habitual en los pancakes americanos o en la cocina francesa, especialmente la bretona, donde se utiliza en las crêpes o galettes, las groux -papillas- o incluso la cerveza. Los pizzoccheri italianos o el chapatis de la India, el pan que se utiliza como cuchara, también lo utilizan.

¿Cuáles son las propiedades del trigo sarraceno?

Sus minerales se absorben mucho mejor que los de cereales como la avena o el propio trigo ya que el ácido fítico, un inhibidor de la absorción, es considerablemente mejor. Esto nos ayuda a sacar el máximo partido al manganeso, que ayuda al correcto funcionamiento del metabolismo; el cobre, bueno para el corazón y uno de los grandes ausentes en la dieta occidental; el magnesio, que reduce las opciones de sufrir diabetes tipo 2 o problemas de corazón y el fósforo, esencial para el crecimiento y el mantenimiento de los tejidos corporales.

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Si el magnesio reduce las opciones de desarrollar una diabetes el 20% de hidratos de carbono que contiene ayudan a mantener los niveles de azúcar en sangre. Algunos de sus hidratos solubles, como el fagopyriol o el D-Chiro-inositol, ayudan a regular esos niveles después de cada comida. Otra de las claves para regular el azúcar es la fibra, en especial el almidón resistente de la parte externa del grano de esta planta, que ejerce como fibra prebiótica. Alimenta la flora intestinal saludable del colon, facilitando el proceso digestivo y reduciendo el riesgo de padecer cáncer de colon.

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A los minerales de los que antes hablábamos o la fibra hay que añadirle los antioxidantes. De hecho, el trigo sarraceno tiene más antioxidantes que los cereales, una razón más para apostar por él. Un buen ejemplo es la rutina, antioxidante que entre otras cosas evita que se formen coágulos lo que reduce la inflamación de las venas y la presión sanguínea y de paso reduce considerablemente las opciones de sufrir un ataque al corazón. Otro de los antioxidantes destacados es la quercina, que también reduce las opciones de desarrollar algunos cánceres o problemas cardíacos.

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Otra cuestión interesante es que el trigo sarraceno suele proceder de cultivos ecológicos, ya que tolera muy mal los pesticidas o tóxicos típicos de la agricultura intensiva, y que se utilizan en los cereales convencionales. La dificultad de cultivarlo de forma intensiva hace que sea poco rentable por lo que en España encontramos pocos cultivos más allá de algunas comarcas catalanas. Aún así, el trigo sarraceno que llega a nuestras cocinas procede generalmente del norte de Europa, donde el precio es más competitivo.

Como ves puedes incorporar el trigo sarraceno a tu dieta sin problemas. Si tienes problemas con el azúcar en sangre notarás como se estabiliza, además de protegerte ante problemas cardíacos o varios tipos de cáncer. Hay incluso quien asegura que elimina la radiación del cuerpo, por lo que recomienda tomarlo después de hacerse radiografías. Ves con cuidado si tienes alergia al arroz o al látex, que por culpa de la reactividad cruzada son más propensas a sufrir reacciones alérgicas al trigo sarraceno.