Desde que nacemos, beber leche se convierte en una acción que todos realizamos diariamente. La leche es indispensable para poder crecer fuertes y sanos, así como también los es en edades más avanzadas para ayudar a cuidar de los huesos. Los muchos beneficios que ofrece la leche al organismo son indiscutibles, y muy especialmente si se trata de leche fresca.
La leche es un alimento muy completo, ya que es una rica fuente de calcio, fósforo, magnesio y proteínas, minerales esenciales para el correcto desarrollo y crecimiento. Un correcto y adecuado consumo de leche fresca desde la infancia hasta la edad adulta garantiza crecer sanos, fuertes y mantener los huesos sanos para poder prevenir patologías como la osteoporosis.
Leche fresca, siempre certificada
A pesar de que algunas personas creen que la leche fresca conlleva riesgos para la salud, hay que decir que nada más lejos de la realidad. Para evitar estos riesgos es importante cerciorarse previamente que se trata de leche fresca certificada, es decir, leche fresca con un elevado grado de seguridad a nivel sanitario.
Hay que destacar que antes de su consumo es clave filtrar las sustancias no deseadas y mantenerla en todo momento refrigerada para evitar su contaminación por agentes patógenos. Indudablemente, tanto el sabor como la intensidad del olor de la leche fresca son completamente diferentes a las diferentes leches que se encuentran en el mercado.
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Siempre resulta mucho más conveniente optar por la leche fresca pasteurizada, que por la leche fresca cruda, ya que la primera de ellas ha sido tratada térmicamente, ayudando a reducir el nivel de microorganismos de la leche y ayudando a alargar su duración en el tiempo.
Principales propiedades de la leche fresca
Muchas son las propiedades de la leche fresca que merece la pena tener en cuenta, propiedades que ayudan a cuidar del organismo:
- Diversos estudios han demostrado que la ingesta de leche diaria reduce en un 60% el riesgo de sufrir cáncer de mama, sobre todo en mujeres
- Como se mencionaba, la leche fresca es una rica fuente de vitaminas, tanto hidrosolubles como liposolubles. Entre las vitaminas más destacables pueden mencionar las del grupo B, la vitamina C, la vitamina A, así como niacina y riboflavina
- También es una rica fuente de minerales, aportando al organismo grandes cantidades de calcio, proteínas y hierro, que ayudan a fortalecer todo el organismo, incluyendo los huesos
- La leche fresca está recomendada en casos de gastritis, ya que se trata de un alimento que ayuda a neutralizar la acidez
- La leche ayuda a prevenir o retrasar la aparición de multitud de enfermedades como la osteoporosis u otros problemas de hueso
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¿La leche fresca es buena o mala ?
La leche fresca no es mala, todo lo contrario, la propiedades de la leche fresca son inmejorables, pero ello siempre y cuando se ingiera leche fresca que haya recibido el correcto tratamiento para evitar que ésta se encuentre contaminada con microorganismos que puedan causar daños o malestar en el organismo en el caso de ser ingeridos.
La leche fresca no supone un riesgo para la salud, pero hay que ser cuidadosos y optar siempre por leche fresca certificada y que a ser posible haya sido pasteurizada. La ingesta de leche fresca cruda puede conllevar ciertos riesgos, de modo que hay que ser precavidos. Igualmente, también es importante saber conservar la leche en casa, pues de esta forma nos aseguraremos que conserve todas sus propiedades.
Como es obvio, beber leche fresca que proviene directamente de la vaca sin que la misma haya recibido ningún tipo de tratamiento puede resultar muy peligroso para la salud. Por ello, animamos a beber leche fresca para cuidar del organismo, pero apostando solamente por aquellas leches que hayan recibido un mínimo tratamiento para garantizar la seguridad de los consumidores.
