Los nutrientes y minerales que nuestro cuerpo necesita para su correcto funcionamiento se pueden encontrar siempre en alimentos naturales, solo tenemos que conocerlos y por supuesto, saber cuáles de ellos comer y en qué cantidad. No nos sirve de mucho, por ejemplo, tomar demasiada azúcar procesada, ya que nuestro cuerpo no es capaz de asimilar tanta. Algo parecido ocurre con la fibra, ya que muchas personas, con tal de incluir alimentos ricos en fibra en sus dietas, llegan a pasarse con la cantidad. Lo importante es saber que en el beneficio está en la justa medida.

Hoy venimos a hablar de uno de esos minerales que no son demasiado conocidos, pero que son tremendamente importantes para nuestro organismo: el fósforo. De no consumir la suficiente cantidad de este mineral podremos caer en determinados problemas de salud, especialmente relacionados con los huesos, ya que el fósforo ayuda mucho a que nuestra salud ósea sea correcta. Por eso es importante llevar una dieta rica en fósforo. ¿Cómo? Con alimentos como el queso curado, los huevos, las sardinas, el chocolate o los yogures. Todos ellos son fuentes increíbles de este mineral, y además alimentos al alcance de cualquiera y perfectos para sumarlos a una dieta.

¿Para qué sirve el fósforo?

Consumiremos alimentos ricos en fósforo para permitir que este mineral beneficie a nuestra salud general, y también a ciertos detalles en particular. Por ejemplo, es un alimento muy adecuado para ayudarnos a hacer una buena digestión, ya que igual que la fibra, evitará problemas como diarreas y estreñimientos, regulando la función de nuestro intestino. Sirve también para limpiar los riñones, aunque hay que tener cuidado con esto porque hay personas que tienen esos órganos bastante sensibles, y una cantidad excesiva de fósforo les puede sentar mal en lugar de ayudarles.

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El fósforo es también conocido como un mineral que nos ayuda a estar enérgicos durante todo el tiempo. Supone un “chute” de energía tremendo y por eso es muy adecuado en las dietas de los deportistas en los propios días de competición, para tener un extra que les haga salir a tope. Y es que no solo nos da esa energía de más, sino que también es muy beneficioso para luchar contra el cansancio físico y mental, algo que también nos ayudará en ese sentido. De la misma manera, su ingesta ayuda a que nuestras funciones cerebrales, especialmente la memoria, mejoren de forma increíble.

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También es un mineral muy recomendado por los doctores y profesionales a esas mujeres que acaban de entrar en su época menopáusica, para conseguir contrarrestar los dolores y complicaciones derivadas de ese momento vital. Y es que el fósforo es conocido sobre todo por ayudar a mantener unos huesos fuertes, algo que comparte con otro mineral muy conocido, el calcio. Siendo que los problemas óseos son muy comunes en la menopausia, la ingesta de fósforo puede combatirlos y aliviarlos en cierta manera, siempre teniendo en cuenta que no debemos pasarnos de unos 700-800 mg al día en adultos sanos, la cantidad recomendada por los expertos.

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Como ya hemos comentado, la función de proteger y fortalecer huesos y dientes es la más importante del fósforo en nuestro organismo, sin dejar de lado todo lo expuesto anteriormente. Por eso también es importante que tanto los niños como los mayores sigan una dieta rica en este mineral, ya que están en edades decisivas en la formación o en el desgaste de huesos y dientes. Y es que no solo debemos consumir calcio para protegernos en ese sentido, ya que la función del fósforo es igualmente importante para la salud de nuestro organismo.