Comer sano por poco dinero

Nuestra salud debería ser muy tomada en cuenta en casi cualquier decisión que tomemos, y sin embargo muchas veces es lo último en lo que pensamos. Cuando tomamos un trabajo que nos reportará mucho dinero pero que hará que estemos siempre estresados y cansados, cuando decidimos comprar un colchón más barato a pesar de saber que puede dolernos la espalda por su uso… O también cuando optamos por los alimentos más baratos, para ajustar nuestro presupuesto, aun sabiendo que no son los mejores ni los más sanos que podemos comprar. ¿Se puede llegar a un equilibrio?

Los mejores alimentos para comer sano y barato en casa

En los últimos tiempos, los alimentos congelados, precocinados y manufacturados se han extendido por todas las tiendas convirtiéndose en los más habituales en los estantes. Son, además, muy baratos, frente a lo que en muchas ocasiones cuestan los alimentos más naturales, los que suelen ser de mayor calidad. Sabemos que esas hamburguesas precongeladas y con tantos conservantes no serán tan sanas ni estarán tan buenas como las que podemos comprar en la carnicería del barrio… pero es que son mucho más baratas. Y al final, el presupuesto es determinante a la hora de elegir lo que comemos, aunque eso suponga sacrificar buena parte de nuestra salud.

Jiri Hera || Shutterstock

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Sin embargo, existen todavía opciones para poder comer sano y no gastarnos un dineral en ello. Hay alimentos que siempre son una buena opción y no tienen porqué costar un ojo de la cara. El arroz negro, por ejemplo, es una buena opción que suele ser barata, como la pasta o los huevos. Lo mejor, en este último caso, y en el de las frutas y verduras, es acudir a lo local, a los comerciantes que tengan su propia huerta o granja, para recibir estos alimentos directamente desde su fuente, sin adulterar. Esto hace también que no se vayan de precio, al no necesitar intermediarios que los encarezcan.

Existen frutas y verduras que suelen ser muy baratas, pero que son producidas “en masa” y con todo tipo de productos y pesticidas para conseguir que crezcan más rápido y mejor. Las manzanas, las cerezas, el apio o las zanahorias suelen ser este tipo de productos. Si los vemos envasados en cualquier hipermercado, es mejor pasar de ellos, a pesar de que tengan un buen precio. Si nos gustan mucho, lo mejor es acudir a lo local, a ser posible buscando estos alimentos orgánicos, para así mantener todos sus beneficios.


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Alena Haurylik || Shutterstock

Hay otros alimentos que sí que se suelen encontrar más baratos en cualquier tipo de superficie de compras, y no han sido expuestos a tantos pesticidas, por lo que son más seguros para la salud. Hablamos, por ejemplo, del maíz, la cebolla, el pomelo o los tomates. Estos pueden comprarse en cualquier lugar, aunque como decimos, si son orgánicos y de cerca, muchísimo mejor, porque así podremos disfrutar de estos alimentos sin adulterar.

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Milka Re || Shutterstock

Para equilibrar nuestro presupuesto, podemos comprar este tipo de alimentos más baratos, y gastarnos un poco más en la carne, por ejemplo, para que sea de buena calidad. Existe también carne orgánica, de animales que han sido criados en unas condiciones mucho más saludables. Esto permite que la carne sea más sabrosa, aunque por supuesto, también es algo más cara. El pollo o el pavo son alternativas relativamente baratas y muy sanas, equilibrando también nuestra salud con nuestro presupuesto. La ternera o el cerdo pueden ser también buenas opciones, siempre que el corte de la carne sea fino, para llevarnos la menor cantidad de grasas posible.

Poder comernos una ensalada con productos cien por cien naturales de la huerta de nuestro vecino es una alternativa barata y muy saludable, sin tener que tirar de esas hortalizas y vegetales que vienen desde tan lejos y llevan tantos productos químicos encima. Nuestra salud es lo más importante, y todo el dinero que pongamos en estas compras de alimentos saludables no lo estaremos gastando, sino invirtiendo.

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