Conseguir una rutina diaria (o semanal) de actividad física no es sencillo, especialmente si hemos estado durante mucho tiempo parados, sin hacer deporte. Al principio cuesta muchísimo comenzar a entrenar y a correr, pero como descubrirás a los pocos días, las buenas sensaciones ganan al cansancio y a las agujetas, y por supuesto, vale la pena el esfuerzo para volver a estar en forma.
Uno de los puntos más importantes a la hora de conseguir una buena rutina de entrenamiento y no cansarnos de ella es ubicarla bien en nuestra rutina diaria, conseguir que encaje en el hueco perfecto de nuestro día a día. Eso significa que podremos hacer deporte por las mañanas o por las tardes, antes o después del trabajo. La mayoría prefiere salir a correr una vez ya ha terminado sus obligaciones laborales (entre otras cosas, porque muchos empiezan a trabajar tan temprano que les es imposible salir antes).
Sin embargo, si eres uno de esos afortunados que puede disfrutar de las mañanas libres, te recomendamos que pruebes a entrenar por la mañana, sobre todo a primera hora, nada más levantarte. Pensarás que ya es suficiente con el sonido del despertador para también tener que pegarte un palizón entrenando cuando querrías estar todavía durmiendo como un tronco. Sin embargo, aquí te traemos cinco razones por las que deberías plantearte el entrenar por las mañanas:
1. Aprovecha cuando la mayoría está trabajando
Muchos de tus amigos y conocidos estarán trabajando o estudiando por las mañanas, así que puedes aprovechar ese rato, justo después de levantarte, para hacer tu ejercicio diario, y así por la tarde, cuando ellos terminen, tienes todo el tiempo libre para quedar y disfrutar de su compañía.
2. Ayuda a ser constante
Salir a entrenar a primera hora de la mañana nos ayudará a mantener nuestra rutina, a ser más constantes, uno de los principales objetivos que todo el mundo tiene cuando empieza algo así. Ya vayas a practicar running, nadar o pisar el gimnasio para la primera clase dirigida de la mañana, si empiezas y adquieres la rutina, luego no querrás perderla.
3. La mejor forma de despertar
Ni café, ni una ducha fría… La mejor forma para despertarse y empezar el día con energía es salir a entrenar justo después de levantarnos. Al contrario de lo que muchos puedan pensar, nos da fuerzas para continuar todo el día con vitalidad además de que combate de forma natural el cansancio.
4. Tendrás menos hambre
Antes de salir a correr debes desayunar con fuerza, por supuesto, pero notarás que, si sigues con esta rutina, el salir a entrenar por las mañanas hará que se reduzca tu apetito el resto del día, también es recomendable que tomes desayunos saludables para mejorar tu rendimiento y comer sano.
5. Quemarás más grasas
Hemos dejado la razón más importante para el final. Entrenar por las mañanas supone poner en funcionamiento nuestro metabolismo, para que vaya quemando grasas no solo durante el ejercicio, sino también después del mismo, durante toda la mañana, cuando estaremos también activos.