El jamón ibérico es uno de los alimentos estrella dentro de la gastronomía española, ya que su sabor inconfundible gusta a muchas personas. Además, se trata de un producto muy versátil, puesto que puede consumirse solo o acompañado con un poco de pan, pero también puede ser empleado como ingrediente para diversas elaboraciones.

Al ser un alimento graso, a menudo ha cosechado mala fama y ha despertado dudas acerca de sus beneficios. Pero, lo cierto es que se trata de un producto muy sano y recomendable y que, además, encaja a la perfección dentro de la dieta mediterránea.

El jamón ibérico, alimento rico en grasas saludables

Aunque el jamón está disponible en diversas categorías, debe cumplir una serie de requisitos para ser considerado jamón ibérico. Así, este siempre debe proceder de cerdos de raza ibérica, que es endémica de la península.

Según diversos estudios, las grasas de este tipo de jamón poseen un alto contenido en ácido oleico (más del 55 %). Esto se traduce en efectos beneficiosos para el colesterol y en un refuerzo del endotelio. Es decir, el tejido que se encarga de proteger nuestras arterias. De esta manera, el consumo moderado de jamón ibérico ayuda a evitar algunas enfermedades cardiovasculares.



Por otra parte, el jamón ibérico es rico en proteínas, pero también en ácido fólico y en las vitaminas B1, B6 y B12, que son elementos que contribuyen a un correcto funcionamiento del cerebro. También es una interesante fuente de minerales, como el calcio, el zinc, el fósforo, el selenio, el cobre y el hierro, lo que se traduce en muchos beneficios para el consumidor.

Un excelente alimento para tus hijos

Como has podido comprobar, el jamón ibérico es un producto que resulta de lo más completo a nivel nutricional. Por ello, es muy aconsejable para casi cualquier tipo de dieta. Además, los aminoácidos que contiene, así como algunos de los minerales, son vitales durante las épocas de crecimiento, tanto para fortalecer los huesos como para la regeneración celular.

Debido a estos motivos y a su composición de ácidos grasos, se trata de una opción muy recomendable para sustituir a otras carnes rojas. A su vez, que contiene los nutrientes más necesarios durante las etapas de cambio, especialmente durante la adolescencia.

Cómo prepararlo: Rollitos de jamón ibérico y espárragos trigueros

Esta receta, además de ser muy saludable, es relativamente sencilla de preparar y ofrece un resultado perfecto, por lo que será ideal para una ocasión especial, cuando tengas visitas o para picotear entre semana.

Si quieres prepararla, solo vas a necesitar los siguientes ingredientes:

• Manojo de espárragos trigueros.
• 50 ml de aceite de oliva.
• 1 o 2 dientes de ajo.
• Entre 8 y 10 lonchas de jamón ibérico El Pozo.

El proceso es sencillo:

1. Antes de nada, debes limpiar bien los espárragos para eliminar los posibles restos de tierra. Después, corta la parte blanca, que suele ser más dura y astillosa.
2. Pela el ajo y retira el germen, si no quieres que pique. A continuación, pícalo y échalo a una sartén con un poco de aceite. Sofríelo y, una vez esté dorado, añade los espárragos y saltéalos durante dos o tres minutos. Cuando estén hechos, salpimiéntalos y retíralos del fuego.
3. El último paso será enrollar dos o tres espárragos con cada loncha de jamón y ves colocándolos en los platos. A la hora de servirlos, puedes rociar los rollitos con un poco de aceite y espolvorear por encima una pizca de perejil o de orégano.

El jamón ibérico es un alimento saludable y versátil que no puede faltar en la dieta mediterránea. Ahora ya conoces todos sus beneficios y puedes innovar con la receta que hemos comentado. ¡Pruébala y sorprende a los tuyos con una comida sana y deliciosa!