Las principales fuentes naturales y suplementarias de proteínas

De dónde obtenemos las proteínas que necesitamos

Uno de los nutrientes más importantes que tenemos son las proteínas, que participan en casi todos los procesos de nuestro organismo. Para conseguir un buen aporte de este nutriente es imprescindible conocer a fondo las fuentes más interesantes de cada tipo de proteína, sin olvidar las posibilidades que nos ofrece la suplementación con proteínas, algo muy habitual en el mundo del deporte, ya sean deportistas de élite o aficionados que se preocupan por su alimentación.

Es importante conocer que existe una gran variedad de proteínas, y encontramos dos grandes fuentes de proteínas: los alimentos vegetales y los de origen animal. Cada una tiene sus particularidades, pero para seguir una dieta equilibrada es imprescindible combinar ambos tipos de proteínas, la vegetal y la animal. Lo ideal sería tomar toda la proteína de forma natural, aunque a la hora de seguir ciertas dietas para deportistas tenemos que recurrir a los suplementos, que nos permiten compensar los déficits de proteínas si no la podemos conseguir toda de forma natural.

Proteínas de origen vegetal

Alimentos como los cereales y las legumbres son las fuentes más interesantes de proteína vegetal que encontramos. La soja o la quinoa siempre aparecen como las fuentes estrella, pero en realidad cualquier cereal o legumbre supone un importante aporte de esta proteína, que está acompañada de otros nutrientes como minerales y vitaminas. De hecho, uno de sus puntos fuertes es que suponen un aporte de minerales y de vitaminas superior al de la proteína animal, pero tienen un hándicap: no es una proteína completa.


Las proteínas nos aportan aminoácidos, pero no hay alimentos de origen vegetal que nos aporten todos los aminoácidos existentes. En cambio, la proteína animal sí que es completa, de ahí que sean tan importante seguir una dieta equilibrada tanto en lo referente a la combinación de alimentos de origen vegetal con los de origen animal como en la combinación de las propias fuentes de origen vegetal, ya que si damos un gran protagonismo a una legumbre o un cereal en concreto podemos sufrir un déficit proteico.

Proteínas de origen animal

Como hemos dicho, las proteínas de origen animal sí que incluyen todos los aminoácidos, y se pueden obtener del huevo, las carnes rojas y blancas, el pescado o los lácteos. Muy interesante es el caso de la proteína de suero de leche, ya que existen proteínas de suero de diferentes tipos según su método de extracción. Son las proteínas biológicamente más activas, con la concentración de estos aminoácidos esenciales más importante de toda la proteína de origen animal, en especial de los BCAA, lo que implica un gran número de beneficios.
Por ejemplo, los BCAA facilitan mejor la sintetización de la proteína, lo que reduce el desgaste del tejido muscular por culpa del estrés físico. Refuerza el sistema inmune, y es rica en glutatión, un antioxidante que combate a los radicales libres pero que perdemos con el ejercicio y el entrenamiento de resistencia. Baja en calorías, azúcar y grasa, el cuerpo la asimila rápidamente y nos permite ganar masa muscular, de ahí que la proteína de suero de leche sea uno de los suplementos estrella entre los deportistas.

Las proteínas de origen animal sirven para reforzar las defensas, el sistema digestivo o los huesos, ayudan a ganar masa muscular y mejorar la circulación sanguínea, hacen frente a las inflamaciones o nos dan un mayor brillo corporal, en especial al cabello y las uñas. Aun así, conviene consumir estas proteínas con cierta moderación, en especial cuando la fuente la encontramos en la carne roja, a la que sus grasas le han creado una mala reputación. Sin embargo, en una dieta equilibrada todas las fuentes de proteína animal tienen su espacio, ya sea en mayor o en menor medida.

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