Aunque en invierno no percibimos sensación de calor, nuestro organismo también precisa de una correcta hidratación. Y es que beber agua nos ayuda, entre otras muchas cosas, a mantener un correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Sin embargo, debido a que la temperatura exterior es más baja, es normal sentir menos sensación de sed durante el invierno. ¿Te cuesta beber agua en los meses más fríos del año? ¡Descubre la importancia del agua en una dieta saludable y unos consejos para mantenerte bien hidratado!

Consejos para mantenerse bien hidratado en invierno

Se estima que el agua constituye entre el 60% y el 70% de nuestro volumen corporal total. Por ello, es vital beber agua para mantener nuestro organismo a pleno rendimiento cada día.

Las heces, la orina, la respiración y el sudor nos hacen perder volumen de líquido constantemente. Por ello, es necesario beber agua varias veces al día para suplir todas estas pérdidas.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria recomienda beber una media de 2,5 litros de agua al día en el caso de los hombres y 2 litros en el caso de las mujeres. Aunque si se encuentran embarazadas o en periodo de lactancia, deben llegar a beber 3 litros diarios.

Si te cuesta beber agua en los meses más fríos del año, puedes recurrir a unos cuantos consejos para mejorar tu hidratación:

Tener siempre una botella de agua cerca

Este truco suele ser muy efectivo para incrementar el consumo de agua. Para lograr este objetivo, es necesario que lleves una botella de agua contigo todo el día. Al tenerla siempre a mano, no será necesario esperar a que tengas sed para beber agua en cualquier momento del día y en cualquier lugar.

Comer alimentos frescos

Alrededor del 80% de las necesidades de hidratación se deben cubrir a través de la ingesta de líquidos, como agua, zumos o infusiones. Sin embargo, el 20% restante, se debe cubrir a través de la alimentación.

Por ello, una buena alternativa para hidratarse en invierno es aumentar la ingesta de alimentos frescos, como las frutas y verduras de temporada. En los meses más fríos del año, estos alimentos son, por ejemplo, el repollo, la coliflor o el cardo.

También podemos recurrir a las ensaladas de lechuga y brotes tiernos, así como a las sopas, las cremas o los caldos.

Humidificar el ambiente

El uso de calefacciones en invierno contribuye a que el ambiente sea mucho más seco. Por ello, es aconsejable humidificar correctamente la casa, la oficina o los lugares que más frecuentemos durante el invierno. Y es que, un ambiente seco, nos hace perder más agua cada vez que respiramos.

Una buena solución para humidificar el ambiente es poner pequeños recipientes de agua cerca de los radiadores de calefacción o, también, contar con un aparato humificador del ambiente en casa.

Beber un vaso de agua antes de las comidas

Este consejo es fácil de poner en práctica. Tan solo tienes que beber un vaso de agua antes de ingerir alguna de las tres comidas principales del día: desayuno, almuerzo y cena. Y es que, bebiendo un vaso de agua antes de cada comida, ya tienes asegurado, al menos, medio litro de agua cada día.