Cada vez son más los usuarios que apuestan por la cosmética natural por los beneficios que aporta, y esto es algo que no ha pasado desapercibido para las marcas de cosmética. Un ejemplo de ello es el catálogo que nos ofrece Apivita, una marca griega que desarrolla todo tipos de productos de cosmética como acondicionadores para el pelo, cremas corporales o tintes de pelo en base a la agricultura ecológica y el estilo de vida mediterráneo. Vamos a descubrir las ventajas de la cosmética natural frente a los productos cosméticos convencionales.

1. Son de origen 100% natural

La primera condición para que un producto se pueda considerar de cosmética natural es que sus fórmulas e ingredientes se ajusten a unos condicionantes, lo que entre otras cosas impide el uso de parafinas u otros derivados del petróleo. Tampoco siliconas, materias primas de origen animal, colorantes o aceites sintéticos. Tampoco los conservantes como el fenoxiatol o los parabenos. Lo que sí se puede utilizar a la hora de preparar estos productos cosméticos son los derivados de los animales como la leche o la miel, como los productos de Apivita que te hemos mencionado al principio, que aprovechan los beneficios de este manjar producido por las abejas para cuidar nuestra piel.

2. Son productos no agresivos

Precisamente por tener un origen 100% natural, hablamos de productos no agresivos, lo que tiene un sinfín de ventajas respecto a los químicos que comercializan las farmacéuticas convencionales. Se trata de productos mucho más aptos para nuestra piel y nuestro organismo, ya que al absorber el producto cuando lo colocamos sobre la dermis no se absorben sustancias tóxicas o químicas, todo es natural. También respetan el pH natural de cada uno, diferente de unas personas a otras, algo que los cosméticos convencionales no siempre garantizan.

3. Compuestos similares a los de las personas

Tu cuerpo también produce aceites naturales, por ejemplo los formados por los ácidos grasos que se dan en nuestra piel. Los productos de cosmética natural tienen unos componentes similares a los que produce el organismo humano, lo que garantiza ese efecto reparador, regenerador, nutritivo e hidratante que tienen sobre nuestra piel. Por esa misma razón, es prácticamente imposible que un producto de cosmética natural te cause una reacción alérgica, algo que no podemos decir de los cosméticos convencionales.

4. No se prueban en animales

Aunque la experimentación con animales se reduce muy lentamente, todavía son mayoría las farmacéuticas que testan sus productos con animales. En cambio, por sus propias características, los productos de cosmética natural no pueden testarse en animales, lo que contribuye a preservar los derechos que tienen. Es una forma más de proteger el medio ambiente y la diversidad de unos cosméticos que también reducen la huella de carbono entre otras cosas al no utilizar derivados del petróleo. Como hemos dicho, los animales tampoco son la materia prima, aunque sí su derivados.

5. Pueden tener propiedades terapéuticas

Normalmente asociamos el uso de productos cosméticos a cuestiones de belleza, pero también pueden tener ciertas propiedades terapéuticas, y no son pocas sus aplicaciones en este sentido. De hecho, muchos centros de bienestar y salud o los propios fisioterapeutas los utilizan en la recuperación de músculos y tejidos. El mejor ejemplo son los masajes con aceites y ungüentos naturales, que además de ser aromáticos son muy agradables al contacto para quienes los utilizan.

6. La mejor relación calidad-precio

A diferencia de los productos de cosmética convencional, que tenemos que aplicar en gran cantidad, basta una pequeña dosis de un cosmético natural para que se note su efecto se forma que el producto nos durará más tiempo. Esto hace que, a pesar de ser un poco más caros que los cosméticos tradicionales, los productos de cosmética natural tengan una excelente relación calidad-precio, ya que son mucho más duraderos y tendremos que renovarlos con bastante menos frecuencia.