¿Se puede comer embutido en el embarazo?

En el proceso de la gestación y durante el embarazo, hay una serie de alimentos que deben evitarse. Entre ellos están las carnes crudas o poco hechas y los embutidos. El problema es que las carnes que no han sido cocinadas, como es el caso de los embutidos, pueden contagiar toxoplasmosis, una de las pocas infecciones capaces de atravesar la placenta y llegar a infecta al bebé, ocasionando malformaciones congénitas, e incluso abortos y partos prematuros.

Este tipo de enfermedades pueden evitarse si excluimos de la dieta alimentos crudos y poco cocinados, los que no estén pasteurizados y puedan contener las bacterias que son causa de estas patologías.

Durante el embarazo, la mujer es más vulnerable a contraer enfermedades, entre otras cosas porque su salud es un poco más débil en ese periodo. Determinados microorganismos pueden traspasar la placenta y llegar incluso al bebé, que todavía no tiene sus defensas bien desarrolladas, ni los mecanismos adecuados para combatir estos agentes nocivos.

¿Cuáles son los embutidos prohibidos para las embarazadas?

El riesgo mayor para contraer la toxoplasmosis en las embarazadas es con el consumo de aquellos embutidos crudos, los que no han recibido ningún cocinado con temperatura, como es el caso de fuet, salchichones o el chorizo. Los embutidos cocinados, como es el jamón cocido, mortadelas ahumadas, la pechuga de pavo, etc., tendrían un menor riesgo para las mujeres en gestación.

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En el caso de los embutidos congelados, hay que saber que el toxoplasma que origina las infecciones se elimina a partir de – 20 ºC. Los frigoríficos y neveras caseros no siempre alcanzan estas temperaturas. La congelación ideal es la de tipo industrial.

¿Y el  jamón?

En el caso del jamón serrano, la cuestión es muy diferente. Se han realizado estudios que concluyen en que el proceso de curación en un jamón elimina la bacteria del toxoplasma.

Si atendemos a estos estudios, en el embarazo se puede tomar jamón serrano, siempre que sea de calidad y esté en buenas condiciones. Pero la comprobación de estos parámetros no siempre es sencilla. Por eso, muchos médicos también aconsejan evitar el jamón. Aunque estos alimentos se guarden en refrigeración, se pueden contaminar por estar al lado de otros productos.

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Consejos sobre el embutido durante el embarazo

Hay que tener en cuenta que, aunque una mayoría de las carnes procesadas no están contaminadas, una cuestión diferente es el de los cuidados que debe tener una embarazada con el embutido.


  • Por ejemplo, a la hora de adquirir un queso fresco no es sencillo saber si se ha mantenido a la temperatura adecuada. Si este queso está cerca de carnes crudas, puede darse la contaminación cruzada.
  • En muchas zonas es típico la elaboración de embutidos caseros. Si se elige este tipo de productos, lo mejor es cocinarlos bien antes de su consumo, para eliminar todo riesgo de contaminación.

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  • Como hemos visto, hay que evitar ingerir carne cruda, aunque sea aliñada o en embutidos.
  • Es importante lavarse bien las manos cuando hemos manipulado carne cruda.
  • Para evitar riesgos, no tomar leche ni huevos crudos. Sobre todo para personas situadas en un grupo de riesgo, como es el caso de las mujeres embarazadas.

Más razones por las que no debemos comer huevo crudo

  • La alimentación de los gatos suelen ser un canal de contagio de toxoplasmosis, no hay que tener contacto con ellos. Si es inevitable, porque ya haya gatos en casa, durante el tiempo del embarazo se dará a la mascota alimentos cocinados, ni crudos ni preparados comerciales. Además, la limpieza de los excrementos del animal y la desinfección de su cajón o bandeja no se realizará por la mujer gestante. Cualquier contacto con el gato requiere una exhaustiva desinfección de las manos.
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