¿Sabes lo que puede ofrecerte cocinar en wok?

como cocinar en wok

Si todavía no has descubierto las posibilidades que te ofrece el wok, este utensilio imprescindible en la gastronomía del sudeste asiático, no sabes lo que te pierdes, porque con él resulta muy sencillo preparar recetas saludables, en pocos minutos y con un toque “exótico” que te encantará.

El wok es una mezcla entre olla y sartén ideal para hacer deliciosos salteados en su punto perfecto de cocción y, aunque no sea su función habitual, sirve también para freír, guisar e incluso elaborar recetas al vapor.

Los woks tradicionales son de hierro fundido, redondeados, de unos 30 centímetros de diámetro y con el fondo ligeramente abombado. Son estas características las que hacen que sea un recipiente perfecto para realizar cocciones rápidas, sin utilizar apenas aceite y de manera que el calor se distribuya de forma homogénea por toda su superficie, llegando por igual a todos los alimentos. Ahora que están más de moda que nunca en la cocina occidental, los tienes también en acero inoxidable y/o teflón, más ligeros (fáciles de manejar), antiadherentes y de fondo plano (para que valgan para la vitrocerámica). Son igual de efectivos que los tradicionales.

Por sus múltiples prestaciones, su facilidad de uso y sus excelentes resultados a la hora de obtener platos ricos y sanos, la técnica de cocina en wok gana adeptos cada día.

¿Cómo usar el wok para elaborar las mejores recetas?

Con el wok es muy fácil preparar salteados “de lujo” con los ingredientes que prefieras. Verduras, hortalizas, setas, pollo o pavo troceado, gambas, palitos de cangrejo germinados, trozos de piña… todo depende de tus gustos y tu imaginación. Los distintos alimentos deben quedar al dente, con una textura firme (pero no duros) y ligeramente crujientes en su exterior. Para conseguirlo algunos buenos consejos son:

  • El wok debe estar bien caliente antes de incorporar cualquier alimento.
  • Para limitar al mínimo el uso de aceite, puedes impregnar un papel de cocina y simplemente pasarlo por todo el recipiente en frío. Si lo prefieres, añade solo un par de gotas.


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  • Los ingredientes deben tener un tamaño similar y ser más bien pequeños, así se harán antes. Corta las verduras y hortalizas como prefieras: en tacos, en rodajas, en juliana, en aros, en tiras… y tenlas todas a mano, ya que no es buena idea cortar unas verduras mientras otras se van haciendo. No da tiempo.
  • No las pongas todas a la vez. Cocinar al wok es una técnica que requiere estar pendiente de la cocción. Incorpora en primer lugar los ingredientes más duros (en algunos casos puedes hacer un escaldado previo para hortalizas como la zanahoria, las alcachofas, los espárragos, los guisantes…. Pasados unos minutos, continúa añadiendo los que requieran menos tiempo: setas, tiras de apio, de pimiento, de puerro, germinado de soja, noodles, mariscos como los mejillones o las gambas (en crudo o previamente hervidos), tiras finas de carne de ternera o pollo…
  • Coge el wok por el mango y muévelo frecuentemente (es cuestión de unos minutos de “juego de muñeca”). También puedes ayudarte con una espátula de palo largo de madera.
  • Finalizada la cocción, con el wok aún caliente, puedes incorporar las salsas o los aderezos que prefieras. Salsa de soja, salsa de ostras, teriyaki, aderezo de limón, vinagre de arroz… darán a tus salteados un toque único.

Con esta técnica de cocina, rápida y a alta temperatura, los alimentos conservan todos sus nutrientes y además su textura, aroma y color original, por lo que, el resultado son platos muy saludables y de excelente presentación a la hora de llevarlos a la mesa.

Para mantener en perfecto estado del wok, recuerda limpiarlo y secarlo muy bien antes de guardarlo. Untar una finísima capa de aceite por su fondo y laterales ayudará a su mejor conservación (sobre todo si son de hierro).

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