Son deliciosas pero hay que tomarlas con moderación y solo de vez en cuando porque algunas de las salsas de consumo habitual son verdaderas bombas calóricas. No se trata de eliminarlas de nuestra dieta, pero hay que tener claro que un capricho en forma de mayonesa, salsa cuatro quesos, holandesa o romesco exige una compensación vía ejercicio o actividad física intensa que nos permita quemar energía, de lo contrario… se nos acumulará en el cuerpo en forma de kilos y grasa.
Igual que tienes salsas muy ligeras, que apenas aportan calorías, otras son capaces de desequilibrar la dieta mejor pensada. Las que llevan gran cantidad de aceites, mantequillas, harinas, miel o frutos secos son las más peligrosas y conviene conocerlas para tomar las medidas oportunas.
Bechamel
Indispensable en muchas recetas, entre ellas las populares croquetas, y también en platos gratinados. La bechamel se utiliza a menudo como salsa para aderezar la pasta y su aporte calórico no pasa desapercibido. Leche entera, harina, mantequilla y/o aceite son sus ingredientes básicos, así que no es de extrañar que una ración de 100 gramos suponga la friolera de más de 150 kcal. Si además utilizamos una bechamel suave como base para hacer salsa carbonara, añadiéndole bacon, el valor calórico se dispara.
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Mayonesa
Si la tomas habitualmente, procura optar por una light, porque la tradicional está elaborada con gran cantidad de aceite de oliva. La mayonesa es un alimento muy calórico que debe tomarse en pequeñas cantidades ya que una sola cucharada alcanza fácilmente las 100 kcal.
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Salsa Romesco
Esta delicia, propia de la gastronomía catalana, es ideal para acompañar pescados, carnes y, por supuesto, para disfrutar de los tradicionales calçots. Lleva tomate, ajo, ñoras, aceite, vinagre y también migas de pan tostado y frutos secos, generalmente almendras o piñones, ingredientes estos últimos que elevan notablemente su contenido calórico.
Salsa cuatro quesos
El queso es un alimento rico en nutrientes pero también en grasas (salvo los quesos frescos tipo Burgos). Las salsas hechas a base de mezclar varios quesos proporcionan sabores intensos pero una buena cantidad de calorías. Para que calcules, una porción (100 gramos) de parmesano, gouda, roquefort, camembert, cabrales, entre otros, suponen más de 300 kcal. Si además, haces tu salsa diluyéndolos en leche entera o nata el resultado asusta y demanda horas extra de gimnasio.
Salsa barbacoa
Pese a su sabor, ligeramente dulce, no es de las que más engorda pero todo depende de su composición porque, en algunas, el azúcar o la miel superan como ingredientes principales al tomate aumentando notablemente la ingesta de hidratos de carbono y, por tanto, el número de calorías que es capaz de aportarte este alimento.
Salsa holandesa
Deliciosa y energética como pocas. Yema de huevo, un poco de limón, sal y pimienta al gusto y un ingrediente básico: la mantequilla en cantidades considerables. Sin duda, es una de las que más engorda.
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Salsa césar
Cuidado con ella porque puede aportar un número importante de calorías por cucharada haciendo que la ensalada del mismo nombre pierda absolutamente su condición de plato ligero. Hay muchas recetas para prepararla pero la mayoría incluyen queso, aceite y anchoas en salmuera, una mezcla incompatible con la idea de perder peso.
Las mejores salsas para ensaladas que no engordan
En general, las salsas son indispensables para dar sabor a muchos platos. No tienes que renunciar a las más calóricas, simplemente se trata de moderar su consumo. Recuerda que tienes otras opciones de salsas ligeras con las que acompañar a diario tus ensaladas, menestras, platos de pasta o cualquier otra receta con la que quieras cuidarte.