Hay alimentos que pueden ser muy perjudiciales para nuestro organismo, por contener un exceso de algún tipo de producto, ya sea sal, azúcar, yodo… que desequilibra nuestra alimentación por completo. Algunos tienen muy mala fama, como la comida basura o los refrescos azucarados. Otros la tienen, sin merecerla, como la cerveza o el chocolate. Sin embargo, será de los refrescos de lo que hablemos hoy, para intentar discernir entre el mito y la realidad de los refrescos light, esa variedad “sin azúcar” de las bebidas más conocidas, y si en realidad son buenas o malas.

Los refrescos sin azúcar ¿son buenos o malos?

Como todo en esta vida, es el exceso de algo lo que supone un perjuicio. Y es que el azúcar, incluso el refinado, no tiene por qué ser malo per se, pero sí que lo es si tomamos una cantidad desmedida, como suelen llevar estos refrescos. Existen muchas fotos en redes sociales bastante alarmistas que nos muestran el contenido en azúcar que tendría cada lata de refresco. Si bien no es tan exagerado, lo que no está claro es que hay mucho peligro es abusar de ese tipo de productos. Tomando estos refrescos azucarados cada día, nuestro organismo lo notará, y no será para bien, desde luego…

Entonces, ¿es mejor tomar la alternativa sin azúcar? Hoy en día todas las firmas importantes de refrescos tienen su versión zero o light, asegurando que están libres por completo de todo el azúcar que lleva el producto original. Sin embargo, el resultado en cuanto a sabor es muy similar. ¿Cómo lo consiguen? A través de sustitutos de azúcar, algunos naturales, como stevia, otros mucho más desaconsejables por haber sido producidos de manera química. Son edulcorantes que proporcionan un sabor azucarado muy parecido al del propio azúcar, pero sin elevar el aporte calórico, lo que para muchos supone ya una ventaja definitiva.

Y así es. Una lata de cualquier refresco light puede no superar las 10 calorías, algo nimio comparado con las más de 100 que tienen los refrescos azucarados normales. De esta manera, el principal contratiempo de los refrescos normales desaparece, dejándonos una bebida que sabe muy parecida pero que no nos aporta tantas calorías vacías. Y eso es cierto, pero tampoco nos podemos dejar llevar solo por ese tipo de creencia, porque estaremos dejando de lado los efectos secundarios de esos edulcorantes artificiales que se incluyen en los refrescos sin azúcar.

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¿Qué desventajas tienen los refrescos edulcorados sin azúcar?

Y es que estos refrescos edulcorados también tienen sus pegas. La primera y más importante es que al ser artificiales, los edulcorantes que suelen llevar pueden provocarnos ciertas enfermedades a medio-largo plazo, ya que al fin y al cabo estamos consumiendo productos químicos. Algunos incluso apuntan a la posibilidad de padecer cáncer por culpa de estos edulcorantes artificiales, y aunque no está comprobado de manera fehaciente, para muchos el propio riesgo que supone ya es suficiente como para no decantarse tampoco por estos alimentos alternativos light. ¿Son más sanos que los refrescos normales? Pues dependiendo de lo que entendamos por “salud”, y si nos preocupa más una enfermedad a largo plazo o un exceso de calorías en nuestro cuerpo.

Las versiones sin azúcar de estos refrescos son aliadas también para los diabéticos, por ejemplo, que no pueden tomar azúcar, y son su única opción para disfrutar de este tipo de bebidas. Sin embargo, como se suele aconsejar, el consumo de estos refrescos debe ser moderado, y siempre que tengamos ocasión, renunciar a ellos en pos de otras bebidas más sanas como los zumos naturales o el propio agua. Dejarlos para el fin de semana, en las comidas con amigos o en los combinados, es una buena opción, consumiendo el resto de la semana un poco de agua con las comidas, para no excedernos.