Creemos que a estas alturas no hace falta venderte las fresas como una de las frutas más exquisitas y saludables, porque ya conocerás de sobra no solo su sabor, sino también las propiedades que posee. Sin embargo, todavía hay personas que disfrutan de las fresas como un capricho, solo de vez en cuando, y además mezcladas con ciertos productos que pueden hacer que su aporte calórico aumente muchísimo. Por eso, con este artículo, queremos buscar una manera alternativa de animarte a disfrutar de esta rica fruta y convertirla en parte de tu dieta rutinaria.

Y es que las fresas son uno de los alimentos más flexibles que podemos encontrar, en el sentido de que pegan casi con todo y son un complemento maravilloso para cualquier plato o receta. Entre sus principales componentes encontramos la lecitina y la pectina, así como la fibra, en grandes cantidades que la convierten en un buen remedio diurético y laxante, algo para lo que se lleva utilizando muchos siglos. Pero los beneficios de la fresa van mucho más allá, igual que sus componentes, donde encontramos Vitamina C, taninos y flavonoides, que funcionan como antioxidantes.

¿Por qué es importante comer fresas?

Hay cientos de ellas, pero aquí hemos querido destacar solo diez razones más que interesantes para incluir las fresas en nuestra dieta habitual:

• Su bajo aporte calórico: las fresas son uno de los postres favoritos de muchos, y no solo son sanas sino que además ofrecen un bajo aporte calórico, por lo que las fresas son perfectas para las dietas de adelgazamiento. Eso sí, siempre solas, porque si las hacemos con nata o con azúcar, las calorías aumentarán muchísimo.

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• Su alto contenido en agua hace que además de ser poco calóricas, funcionen como un desintoxicante maravilloso, arrastrando todas las toxinas que encuentran a su paso para sacarlas de nuestro organismo. Además, aumentará nuestro sentimiento de saciedad.

• Ayudan a prevenir las piedras en el riñón y las vesículas, siendo también un remedio bastante útil en casos de ictericia. Es decir, que las fresas son las mejores amigas del hígado, y éste agradecerá que tú las incluyas en tu dieta habitual, seguro.

• Su sabor exquisito y único es perfecto para dulces, tartas, ensaladas de frutas, zumos, helados y cualquier otra alternativa que se te ocurra. Saben deliciosas en cualquier receta, y no son difíciles de preparar, así que son una alternativa espectacular.

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• Ayudan a prevenir el envejecimiento gracias a sus flavonoides y a su ácido fólico, funcionando como antioxidantes. Es la misma función que tienen otras frutas como la naranja o el limón, que parece que sí son tomadas de forma más habitual.

• Gracias a sus componentes minerales, las fresas también ayudan a prevenir y controlar el colesterol, uno de los principales problemas de la población actualmente. Como ya sabemos, un cuerpo libre de colesterol funciona mucho mejor, además de prevenir posibles problemas del corazón o complicaciones cardiovasculares.

• De la misma manera que puede ser diurética, la fresa también puede ser un magnífico astringente cuando tengamos problemas de diarrea. Sobre todo utilizando sus hojas machacadas como infusión, nos puede servir para regular nuestro tránsito intestinal y terminar con esos problemas tan molestos.

• Son también un antinflamatorio natural gracias a su alto contenido en ácido salicílico, lo que la convierte en una alternativa estupenda para lesiones e inflamaciones derivadas de golpes, por ejemplo.

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• Además de estar deliciosas, las fresas nos ayudan a mantener los dientes más sanos y blancos, de una forma natural. Por eso son consideradas uno de los mejores alimentos para nuestra dentadura.

• Porque en esta vida hay placeres que debemos tomarnos, no como caprichos, sino como algo natural, dentro de nuestra propia rutina, y comer fresas a menudo puede ser uno de los mejores.