Existen distintos tipos de vinagre, cada uno con sus características propias, y es difícil decidir cuál es el mejor porque todo depende del uso que quieras darles. En general, tanto por su valor como ingrediente gastronómico, como por los beneficios que aportan a la salud el vinagre, los mejores son aquellos que mantienen un nivel adecuado de acidez proporcionando, además, aromas y matices particulares a cualquier receta.
4 tipos de vinagre que deberías conocer y aprovechar
Antes de decidir cuál es el mejor, conviene conocer las principales variedades de este condimento conocido y apreciado desde la antigüedad.
1. Vinagres de vinos, tintos o blancos, indispensables en la cocina
Son los más utilizados tanto para aderezar menestras y ensaladas como para elaborar distintos tipos de salsas. Entre sus buenas propiedades hay que destacar su capacidad para facilitar la digestión y también para mantener a raya el colesterol “malo” y los triglicéridos. Como cualquier otro vinagre, estos son poderosos desinfectantes que contribuyen a eliminar microorganismos nocivos y toxinas. Los derivados de vinos tintos son perfectos para marinar alimentos y para hacer salsas que acompañen guisos de carnes. Los blancos, por su parte, suelen resultar más suaves al paladar y son ideales para condimentar pescados y ensaladas.
2. Vinagre de Jerez
Es una variedad dentro del grupo de los vinagres de vino que destaca por su intenso aroma y el equilibrio en sus niveles de acidez, que lo hacen especialmente idóneo para salsas, aderezos y platos típicos de la gastronomía andaluza como el gazpacho. Estos vinagres proceden de uvas – vinos específicos como Pedro Ximénez o Moscatel.
3. Vinagres balsámicos
La principal diferencia con los anteriores es que derivan de uvas selectas, como las famosas variedades Trebiano, Barbera o Lambrusco, con cuyos mostos (no proceden del vino) se elabora, entre otros vinagres balsámicos, el más famoso, el de Módena. Estos vinagres, además, maduran durante años en barricas de madera y son un verdadero tesoro gastronómico. Su textura es más densa que la de otros y su sabor, ligeramente agridulce, es perfecto para los aliños más delicados y exquisitos. Son muchas sus buenas propiedades: ayuda a controlar la acidez y resulta digestivo y diurético. Además, los balsámicos son los vinagres que contiene más antioxidantes, principalmente resveratrol, al derivar directamente del zumo de uva. Algunos de los minerales y vitaminas de la fruta de la que provienen, como el calcio, el hierro, el magnesio y el potasio, están presentes en estos vinagres.
4. Vinagre de manzana o de sidra
Gana adeptos cada día porque es ideal como aliño y porque es un aliado de la salud y de las dietas de adelgazamiento. Este es uno de los vinagres más ligeros que puedes encontrar. No resulta demasiado fuerte ni para aquellos a los que no les gusta el particular sabor avinagrado. Además, es un potente diurético que ayuda a aliviar los problemas de retención de líquidos y contribuye a eliminar grasas acumuladas y toxinas. Curiosamente, no incrementa la acidez porque, en realidad, es un alimento alcalino y puede ayudar a mejorar la digestión, aliviando los molestos problemas de reflujo gástrico. Por último, algunos estudios apuntan a que el vinagre de manzana ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre, por lo que es el más recomendable para personas diabéticas.
El vinagre de manzana, también beneficiosos en cosmética
Como ves, cada tipo de vinagre posee características propias que lo hacen adecuado para un determinado fin. Si tenemos que elegir uno para aderezar y cocinar, resulta complejo, porque depende de cada plato y receta. Si hay que decidir cuál es el más saludable, el que puede tomarse con mayor frecuencia, el de manzana, por su sabor suave y sus propiedades digestivas y depurativas tiene muchos puntos a favor, aunque la elección final es tuya.