Todos nos acordamos de cuando éramos pequeños y teníamos dolor de barriga. Mamá siempre nos preparaba arroz blanco con zanahoria o algo de pescado, un menú del que a los dos días ya estábamos hartos. Este es uno de los menús más comunes cuando hablamos de dietas o alimentos astringentes, pero por suerte tenemos muchos más. Si no conoces los beneficios de los alimentos astringentes, debes saber que son aquellos con propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias y que ayudan a frenar las hemorragias de la piel.
Si esto fuese un diccionario de sinónimos y antónimos, los astringentes serían el antónimo de los alimentos laxantes, ya que además de todas esas propiedades de los alimentos astringentes estos también nos ayudan a superar las diarreas o gastritis. Es muy importante seguir una dieta astringente cuando padecemos un problema de ese tipo, porque si no lo solucionamos lo antes posible corremos el peligro de perder bastante peso o de padecer una deshidratación. Por eso, además de los beneficios hay que tener claros cuáles son los alimentos astringentes.
¿Qué alimentos son astringentes?
Ya hemos dicho que el arroz blanco es la estrella de la dieta astringente, aunque siempre se puede aromatizar el arroz con laurel o ajo, o acompañarse de pescado (a la plancha o hervido), de zanahoria o patata. Eso sí, no vale cualquier pescado, debe ser un pescado blanco ya que el pescado azul no nos ayudaría a frenar la diarrea. En capítulo de carnes tenemos el pollo, el pavo, la ternera, el lomo de cerdo o el jamón cocido, todos ellos alimentos aptos dentro de una dieta astringente.
Igual que el arroz, podemos tomar pasta pero sin tomate ni derivados lácteos. También el pan blanco figura entre los mejores alimentos astringentes, pero evita el pan integral por su contenido en fibra. Los caldos de pollo o de pavo también son recomendables siempre que sean bajos en grasas, y además al ser líquidos ayudan a combatir la deshidratación. Por eso mismo hay que beber mucho líquido para mantenerte hidratado. Eso sí, evita las bebidas frías o con gas. Para acabar tenemos la manzana y el plátano, las únicas frutas de deberías tomar.
Todos estos alimentos los puedes preparar hervidos, al horno, a la plancha o al vapor, pero evita los fritos. Aunque los lácteos deberían estar terminantemente prohibidos en una dieta astringente podemos hacer un par de pequeñas excepciones con el yogur natural y el queso fresco. En los dos casos deberías esperar a que se inicie la recuperación para tomarlo. Mejor si el yogur es bio activo y no le echamos azúcar para endulzarlo.
La importancia de la fruta en la dieta astringente
La fruta es un elemento clave a la hora de seguir una dieta equilibrada, y los nutricionistas dicen que hay que comer cinco piezas de fruta al día. Sin embargo hay una dieta en la que el consumo de fruta se debería reducir por debajo de esas cinco piezas diarias, la dieta astringente. La mayoría de frutas tienen un importante contenido de fibra, por lo que no nos ayudará a cortar la diarrea. Ya hemos visto que la manzana (en especial la Reineta) y el plátano, gracias al potasio y a su fácil digestión, están entre las frutas que deberíamos incluir en la dieta astringente, pero hay dos más.
El primero de ellos es la pera, en especial en el caso de los niños. Antes debes tener claro que las maduras favorecen el tránsito intestinal, así que deberías limitarte a las peras verdes, que casi no hayan madurado, y comerlas con moderación. El otro fruto es el limón, que tomaremos en forma de limonada, es decir agua con limón. En un litro de agua podemos exprimir un limón o dos y una pizca de sal y beber algún sorbo de vez en cuando. Se puede endulzar con un toque de azúcar, pero mejor evitarlo.
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