Las denominadas toxinas son llamadas lipopolisacáridos, también son conocidas como proteínas dañinas. Éstas afectan de manera negativa al organismo que las absorbe, puesto que pueden desencadenar enfermedades futuras, así como cansancio constante, al bajar las defensas y demás problemas relacionados con los estados anímicos como el estrés. Lamentablemente, una cantidad considerable de toxinas se acumulan a diario en el organismo. Por suerte, el cuerpo posee unos excelentes órganos depurativos: el hígado y los riñones que las disuelven y las eliminan.
Sin embargo, para evitar una cantidad demasiado elevada de toxinas en el organismo, existen factores externos que ayudan a el hígado y los riñones a ejercer su función natural. Se trata de hábitos saludables que además de prevenir la aparición de un exceso de toxinas, impiden que se acumulen y favorecen el proceso de la eliminación. Los expertos recomiendan una alimentación sana y equilibrada, libre de alimentos procesados o refinados, así como realizar ejercicio físico con regularidad para expulsarlas a través de la sudoración.
Pero... ¿De dónde proceden las toxinas? ¿Se encuentran solamente en los alimentos o existen otros factores externos que contribuyen en su origen? Te desvelamos qué son las toxinas y cómo actúan el organismo, a continuación.
¿Dónde están presentes las toxinas?
Principalmente, las toxinas se encuentran en los alimentos que consumimos y se incrementan cuando se cocinan con calor. Asimismo, en los alimentos procesados industrialmente, ya que están elaborados con elementos sintéticos y conservantes artificiales. Estos productos alimenticios químicos están llenos de una gran cantidad de toxinas que suponen un riesgo para la salud. Del mismo modo, hay que prestar atención a los alimentos cultivados con pesticidas, pues también proporcionan elevadas cantidades de toxinas.
Sin embargo, existen otros factores que dan lugar a una gran cantidad de toxinas. Presta atención a los siguientes elementos que intoxican el organismo. Pueden ser de gran utilidad para evitar, en la medida de lo posible, las fuentes más nocivas de toxinas.
- La contaminación ambiental, provocada por los residuos gaseosos de las industrias y los automóviles, sobre todo en las grandes ciudades, poseen unas altas proporciones de toxinas. Éstas quedan suspendidas en la atmósfera y es inevitable su inhalación en menor o mayor medida.
- Los malos hábitos como el tabaquismo o el alcohol, son otra fuente de dañinas toxinas que pueden llegar a enfermar el organismo.
- Las toxinas también se pueden hallar en los productos de limpieza. En mayor proporción, los que desprenden un fuerte olor, ya que contienen amoníaco o cloro. Asimismo, se incluyen los aerosoles, tanto para el hogar como para la belleza del cabello, considerados altamente tóxicos.
- Existen muchos productos relacionados con el cuidado de la piel y la belleza que cabe señalar, puesto que contienen aluminio y están repletos de toxinas. Un ejemplo muy común son los desodorantes, por lo que se aconseja apostar por la cosmética natural y ecológica.
- Unas de las toxinas más peligrosas son las de los medicamentos. Dichas toxinas son especialmente tóxicas, pues se trata de metales pesados que cuestan más de eliminar por los órganos depurativos y por lo tanto, pueden afectar al cuerpo muy negativamente. No obstante, es inevitable evitar estas toxinas si se tiene un problema de salud y se debe tomar un medicamento. Lo más recomendable, es tomar única y explícito los medicamentos con prescripción médica, y utilizar remedios naturales para dolencias leves, como dolores de cabeza o resfriados.
- Otro de los lugares dónde se hallan las toxinas es en los hogares y/o trabajo, en mayor cantidades en el moho, pinturas y barnices de los muebles y paredes, así como también en los ambientadores. Se trata de toxinas imperceptibles y que se inhalan en el ambiente sin que nos percatemos.
Evitar al cien por cien las toxinas no es tarea fácil, pero existen medidas muy sencillas para hacer frente a estas nocivas enemigas y que se basa en hábitos saludables con alimentos y/o productos lo más naturales posibles, exentos de radicales libres.
