El pescado es uno de los alimentos que no puede faltar en ningún tipo de dieta saludable. Gracias a sus aportes minerales y especialmente de Omega 3, el pescado y el marisco suponen una fuente muy importante de nutrientes, especialmente para los más pequeños. Dichos nutrientes les ayudan a crecer sanos y fuertes, por lo que en todas las dietas para jóvenes se incluyen al menos dos o tres comidas basadas en pescados y mariscos.
Esta es la parte positiva del consumo de estos alimentos, pero como siempre, también hay un lado negativo. Se trata de los posibles restos de mercurio que podemos encontrar en los pescados y mariscos que consumimos, y que llegado el caso, debería preocuparnos, ya que pueden llegar a niveles alarmantes para nuestra salud.
¿Por qué hay mercurio en el pescado?
A nadie se le escapa que, hoy en día, la contaminación llega a prácticamente cualquier rincón del planeta, y las aguas de los mares y océanos no son precisamente una excepción. El mercurio es un elemento que se crea de forma espontánea en la naturaleza, pero también se crea en cantidades ingentes en las fábricas industriales, dentro de lo que podríamos considerar la contaminación. Ese mercurio, en forma de gas, llega a los océanos y mares y cae al agua, convirtiéndose en mercurio metílico.
Es aquí donde entra en contacto con los peces y mariscos que habitan dichas aguas. Todos ellos tienen contacto directo con ese mercurio, que puede estar más o menos diluido en el agua de la que se alimentan. Es por eso que no todos los pescados y mariscos poseen los mismos niveles de mercurio. Usualmente, los más grandes en tamaño, y los que han vivido durante más tiempo, suelen ser más peligrosos en este sentido, ya que han estado más tiempo en contacto con el mercurio metílico de sus aguas.
Pescados con altos niveles de mercurio
Para especificar un poco más en lo comentado arriba, haremos una pequeña selección de pescados que suelen tener más restos de ese mercurio metílico que nos debería preocupar si forma parte habitual de nuestra dieta. Por ejemplo, la carne de caballa suele ser una de las que más mercurio acumula, y es muy habitual en muchas dietas, entre ellas la mediterránea, ya que en ese mar y en el océano Atlántico encontraremos grandes caladeros de este animal, aunque parece que la caballa Atlántica no sufre tanto este problema.
El pargo también suele tener niveles inapropiados de mercurio, así como otro de los más habituales en las grandes cocinas y restaurantes, el pez espada. La carne de tiburón, algo más exótica, es también una de las más peligrosas en este sentido. La lubina, que también es una delicatesen, puede estar afectada igualmente por altos niveles de mercurio, dependiendo de donde se coja y de si esas aguas están más o menos contaminadas.
Pescados recomendados por su bajo nivel de mercurio
Ya hemos explicado anteriormente, y con los ejemplos ha quedado muy claro, que el tipo de pescado y marisco que más alto nivel de mercurio posee es el grande, aquel que necesita más agua para alimentarse y cuyo contacto con el mercurio metílico es más habitual y constante. Sin embargo, eso no significa que debamos de dejar de comer pescado o marisco en nuestra dieta habitual, ya que como hemos comentado antes, es un alimento tan sano como cualquier otro… siempre que sepamos elegirlo, por supuesto.
El arenque, la caballa Jack o la trucha arco iris son algunos de los pescados más recomendados, puesto que no solo tienen bajos niveles de mercurio por lo habitual, sino que además ofrecen una gran fuente de nutrientes, como ya vimos al principio. Otros pescados recomendados son el salmón salvaje, atún, sardinas y camarones. Todos ellos, además, realmente deliciosos, que son una alternativa perfecta a los comentados en el apartado anterior, poco recomendables para incluirlos en nuestra dieta.
¿Quiénes están más en riesgo por el mercurio en los pescados?
Aunque una exposición prolongada de este tipo de alimentos con altos niveles de mercurio metílico puede afectar a cualquier persona, es cierto que desde los expertos se ha puesto énfasis en algunos grupos concretos para evitar especialmente el consumo de este tipo de pescados. Por ejemplo, los niños pequeños están más expuestos a sufrir problemas importantes si les permitimos comer este tipo de pescados con niveles de mercurio poco recomendables.
Así mismo, las embarazadas o las mujeres en etapa de lactancia también son un grupo de riesgo destacado por el mercurio en los peces. En todos estos casos, lo mejor es apartar ese tipo de pescados de la dieta y recurrir a los que tienen baja presencia de mercurio, que como hemos visto suponen una alternativa perfecta. No conviene acabar del todo con el pescado en nuestra dieta, ya que eso podría suponer un desajuste en nuestras fuentes de nutrientes que igualmente podrían afectarnos para mal.