Cuando pensamos en taurina a todos nos vienen a la cabeza las bebidas energéticas, que no siempre tienen buena fama. Sin embargo la taurina es mucho más que un estimulante incluido en las bebidas sino que la taurina es un aminoácido no esencial, sintetizado por nosotros mismos a partir de la cisteína y la metionina. El hecho de que esté presente en las bebidas energéticas ayuda a que sea mucho más conocido que otros aminoácidos, pero hay que olvidar esa mala fama injustificada y fijarnos en los beneficios que nos aporta la taurina.

¿Qué beneficios tiene la taurina?

Aunque las bebidas energéticas con taurina son concebidas como estimulante, la mejor aportación de la taurina al rendimiento deportivo es la protección muscular. Estamos ante un aminoácido que participa en los procesos de detoxificación, ayudando al músculo a que se regenere, y eliminando los residuos producidos mientras se practica deporte. De esta forma ayuda a reducir el tiempo de recuperación, minimizando la fatiga. También es verdad que su poder estimulante mejora la transmisión de impulsos nerviosos, lo que nos permite responder mejor muscularmente ante los estímulos.

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La mala fama de la taurina dice que es mala para el corazón, cuando en realidad estamos ante el aminoácido más abundante e importante en el corazón, donde juega un papel destacado en nuestra salud cardiovascular. Entre otras cosas la taurina ayuda a normalizar las irregularidades en el ritmo cardíaco, aumenta la efectividad de sus contracciones, mejora el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno a las células del corazón. También abunda en la retina, donde normaliza el flujo de iones de calcio, convirtiéndose así en un gran apoyo para nuestra vista.

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Otro de los grandes beneficiados por la taurina es el cerebro. Este aminoácido no esencial tiene tendencia a inhibir y modular los neurotransmisores, ayudando a estabilizar las membranas celulares. Ayuda al transporte de minerales tan importantes como el potasio, el sodio o el calcio dentro y fuera de la célula, por lo que se utiliza como suplementación para personas epilépticas; y sus propiedades antioxidantes y desintoxicantes hacen que además de para los ojos sea beneficiosa para las vejigas vesicales o los vasos sanguíneos.

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Y aunque pueda parecer todo lo contrario por su carácter estimulante, la taurina ayuda a reducir el estrés. La taurina ejerce como agonista del ácido gamma aminobutírico (GABA), por lo que además de reducir el estrés ejerce una importante influencia sobre la serotonina, determinando el estado de ánimo. La ausencia de GABA, uno de los principales neurotransmisores, en el cerebro se asocia a la ansiedad, tensión o depresión o insomnio, mientras que una alta presencia suele venir acompañada de relajación y bienestar.

Acabamos hablando del cómo la taurina contribuye a regular el sistema hormonal femenino. Las mujeres tienen una hormona, el estradiol, que mitiga la producción de taurina en el hígado, por lo que las mujeres que están inmersas en terapias de reemplazo de estrógenos, las que tiene un estrógeno excesivo o si están tomando la píldora puede que necesiten un extra de taurina, que influye en la retención de líquidos excesiva durante la menstruación.

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Cómo tomar la taurina

Aunque se trate de un aminoácido producido por el propio cuerpo, si padeces un déficit de taurina la puedes ingerir de varias formas. Una de ellas son los suplementos, en especial en el caso de los deportistas. La dosis diaria recomendable se sitúa entre los 500 y los 2000 miligramos, y lo ideal sería tomarlos con las comidas o junto a los productos preentrenamiento. Más allá de los suplementos encontramos pequeñas dosis de taurina en la leche y sus derivados (queso, yogur), carnes como la de pavo o el pollo, el huevo, el trigo germinado o el aguacate.