Por qué la lechuga no puede faltar en tu dieta

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Cada vez que nos ponen delante una ensalada sin lechuga notamos que nos falta algo. La lechuga no es solo una pieza fundamental de la ensalada, también la podemos encontrar como condimento de muchos platos, y las diferentes variedades de lechuga que tenemos en el mercado nos permiten diversificar nuestras ensaladas y nuestro consumo de lechuga, dándoles un toque diferente según la ocasión. Además, comer lechuga tiene un montón de beneficios para nuestra salud, aunque no todas las variedades tienen las mismas propiedades.

Muy recomendada en las dietas de adelgazamiento gracias a su escaso aporte calórico, la lechuga supone un importante aporte nutricional. Cada vez que comemos lechuga estamos ingiriendo vitaminas A, B, C, E y K; minerales como el hierro, el cobre, el potasio y el manganeso, xantina y carotenos que ayudan a la vista, oligoelementos -la convierten en un potente anticancerígeno-, esos folatos tan importantes para las embarazadas o antioxidantes.

¿Qué beneficios nos aporta comer lechuga?

Este importante aporte nutricional hace que la lista de beneficios de comer lechuga sea bastante amplia. Por ejemplo, es un excelente diurético, recomendado para personas que sufren cálculos renales o problemas en el riñón, hipertensión o cistitis. Ayuda a combatir la retención de líquidos y a combatir la obesidad. Escaso aporte calórico al margen, es un alimento saciante por lo que no dudes incluirla en tu dieta para adelgazar. Por si fuera poco, facilita la digestión.

Monkey Business Images || Shutterstock

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Comer lechuga es bueno para colectivos como los diabéticos, las embarazadas o las personas con problemas de sueño. Ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, los folatos de los que antes hablábamos evitan defectos en el tubo neural del feto o en el útero durante el embarazo y ayuda a calmar el sistema nervioso, con lo que podemos hacer frente al insomnio. También alivia los típicos dolores premenstruales, y el zumo de lechuga ayuda a curar las quemaduras (para hacerlo basta con hervirla 15 minutos y colar el zumo).


También hay quien utiliza la lechuga como remedio casero contra la gripe o los resfriados -sin olvidar el asma-, y no les falta razón. La lechuga refuerza las vías respiratorias, así que una ensalada donde abunde la lechuga nos puede ayudar bastante. Además, es muy beneficiosa para el sistema circulatorio, ya que estimula la circulación del organismo, previniendo ictus, infartos, coágulos o la arteriosclerosis. Sus antioxidantes juegan un papel muy importante en la lucha contra el colesterol.

Piotr Marcinski || Shutterstock

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Finalmente hay que destacar que se trata de un alimento rico en fibra, así que entre los beneficios de comer lechuga hay que incluir que favorece el tránsito intestinal y nos ayuda a que la digestión sea más ligera. Si sufres malas digestiones o inflamación abdominal por culpa de los gases que se acumulan en el estómago puedes añadir la lechuga a tu dieta para resolver esos problemas.

Diferencias entre las distintas clases de lechuga

Al principio decíamos que las diferentes clases de lechuga nos permiten variar nuestras ensaladas para no hacerlas tan monótonas, y aunque todas las lechugas nos ofrecen las mismas propiedades en algunas variedades unos beneficios se acentúan más que otros. Por ejemplo, la lechuga Iceberg es la que tiene un menor valor nutricional, y aún así nos aporta un 44% de la vitamina K que necesitamos, el 14% de la vitamina A. En cambio, el 4% de hierro es similar al que nos aportan otras variedades.

Ensalada hecha con verduras de hoja verde

Alena Haurylik || Shutterstock

La romana es una de las mejores clases de lechuga, ya que nos aporta el 164% de la cantidad diaria necesaria de vitamina A, un 120% de la de vitamina K, un 38% de la C o un 32% de folatos. Todo eso en solo 16 calorías, frente a las 20 de la iceberg. Además, la romana supone un 6% del hierro que necesitamos. Menos calorías, solo 8, tiene la hoja de roble, algo pobre en vitamina C pero rica en vitaminas K (el 98% de la aportación diaria recomendada) o A (llega al 84%).

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