Algo estás haciendo mal. Tu barriga no para de sonarte, y es que te estás matando a pasar hambre, pero no ves resultados: sigues sin perder peso, y seguro que te preguntas "¿Por qué?, ¿Qué estoy haciendo mal?". Recuerda bien esta frase: una dieta no basta para adelgazar, y además, comer menos no significa estar a régimen, comer menos significa comer mal, y no es precisamente lo ideal para que te quites esos kilos de más.
Y seguro que vuelves a repetirte la pregunta: "Entonces, ¿qué estoy haciendo mal?". Estos hábitos diarios que sigues sin darte cuenta, o por el contrario, a tu día a día le faltan hábitos saludables que te ayuden a seguir un estilo de vida sano; pero no te desesperes, que te los vamos a revelar para solucionar el problema.
1. Cada vez te mueves menos
Por mucho que sigas una dieta baja en calorías, si no dejas ya tu vida sedentaria y empiezas a practicar ejercicio varios días a la semana, no tienes nada que hacer. Levántate del sofá, cómprate unas zapatillas de running y sal a correr unas tres o cuatro veces por semana, y verás como le pillas el gustillo y te acabas enganchando. ¿Correr no es lo tuyo? Pues apúntate a la piscina y empieza a nadar. ¿El agua tampoco te gusta? Rescata esa bici que tienes en el trastero, quítale el polvo y ponte a pedalear.
También puedes apuntarte al gimnasio, o iniciarte en algún deporte en equipo. Que el deporte engancha es muy cierto, y solo tienes que hacerte el ánimo para empezar. Además, la práctica habitual de ejercicio físico disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Y también conocerás gente nueva y te servirá para desconectar y liberar estrés... ¡verás qué bien te sientes y qué bien te sienta!
2. Cada vez tomas menos calorías
Y vitaminas y minerales. Si lo que haces para adelgazar es comer menos y reducir el aporte calórico para tu organismo, eso significa escasez de vitaminas y minerales para tu cuerpo. Si no sigues un estilo de vida activo, tu gasto energético es muy inferior al recomendado, y si lo que haces para compensar este exceso de energía es reducir tu ingesta de calorías, las vitaminas y los minerales necesarios para el organismo serán también menores. Si por el contrario haces deporte, podrás comer más y aportarle a tu cuerpo más nutrientes esenciales.
3. Cada vez comes más grasas
Estás obsesionado contando calorías, y te has olvidado de las grasas. Un consumo excesivo de lípidos desajusta los perfiles calóricos, principal índice de calidad de la dieta, y es que hay estudios que descubren que en nuestra forma de alimentarnos, cada vez ingerimos menos macronutrientes, a excepción de las grasas. Así que ya sabes, vigila las grasas saturadas, olvídate de la bollería industrial y de la comida rápida. Sabemos que llegas cansado a casa y no tienes ganas de ponerte a cocinar, pero puede prepararte una cena rápida y saludable o incorporar a tu cocina trucos para cocinar más sano, y no olvides desayunar correctamente para saciarte y comenzar el día con energía.