Hay una clara tendencia a consumir lácteos fortificados porque aportan muchos beneficios para el organismo. La leche fortificada es aquella que se obtiene del proceso donde se suelen agregar micronutrientes para suplir las deficiencias que podamos tener.
Los nutrientes añadidos a la leche y a diversos alimentos pueden representar entre un 20-100% de la cantidad diaria recomendada. Muchas personas suelen tomarlos para igualar la cantidad de nutrimentos de otro alimento, o bien para complementar con un nutriente un alimento que no lo tiene. Es de señalar que la leche enriquecida con calcio es la que actualmente tiene mayor cuota de mercado.
Más cantidad de vitaminas
Gracias a este proceso, la leche fortificada tiene mayores vitaminas. Es el caso de la vitamina D que se necesita para el crecimiento y el fortalecimiento de los huesos, por ello se suele dar a los niños. De esta manera la leche fortificada será apta para los más pequeños y también los mayores que necesitan de una máxima protección de los huesos para evitar enfermedades como la osteoporosis que se relaciona con la vejez.
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Además, la vitamina A también está presente en los lácteos que pasan por el proceso de fortificación. Esta vitamina es buena para regular el organismo de forma general, y protege la salud visual. La vitamina A está presente en muchas verduras y hortalizas, como las zanahorias, y calabazas, en el brócoli, la col y las espinacas. Pero muchas personas no pueden tomar estos alimentos o prefieren sustituirlos por la leche fortificada que proporciona las cantidades que necesitamos de vitamina A.
Más calcio
La leche enriquecida con calcio también se necesita para suplir ciertas carencias, como un déficit de vitamina D. Esto es necesario durante la lactancia, en el desarrollo infantil o en el embarazo, casos en los que la leche enriquecida es necesaria. En todos estos supuestos deberemos preguntar a nuestro médico o nutricionista si nos recomienda la leche fortificada.
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Vitaminas como el ácido fólico
Otras leches son enriquecidas con ácido fólico. Esta vitamina es necesaria en determinadas etapas de la vida. Previene las anemias y también es recomendable su suplemento en estados de gestación porque un déficit de este tipo de vitamina puede provocar ciertas malformaciones congénitas en el feto.
Omega 3, fuente de salud
El omega 3, uno de los ácidos grasos poliinsaturados que solemos encontrar en los pescados azules, también se añade a la leche para ofrecer más riqueza al organismo. Y es que el omega 3 tiene muchos beneficios. Para empezar, reduce el colesterol, también disminuye la presión arterial a quienes tienen hipertensión leve, protege el corazón y reduce los niveles de sufrir alguna enfermedad coronaria. Además, alivia dolores, tiene funciones antiinflamatorias y reduce el dolor de enfermedades como la artritis.
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Huesos más sanos
Como consecuencia de un mayor aporte de calcio y de determinadas vitaminas, los lácteos fortificados son perfectos para fortalecer los huesos. Normalmente tanto niños como adolescentes que consumen estos alimentos tienen un mayor crecimiento y protegen los huesos de posibles fracturas.
