El mundo de la alimentación es apasionante, pero está lleno de mitos y leyendas urbanas fruto de la cultura popular, que no siempre es sabia. Uno de los dichos más habituales es que los frutos secos son malos para el colesterol, una afirmación tan repetida como falsa. No es que los frutos secos no sean malos, es que son uno de los alimentos que no pueden faltar en tu dieta si quieres reducir el colesterol. Tu cuerpo, en especial tu corazón, te agradecerá su consumo regular, aunque hay que tener en cuenta una serie de premisas.
¿Cómo me ayudan los frutos secos a bajar el colesterol?
Por sus características y nutrientes no esenciales, los ácidos grasos poliinsaturados son uno de los mejores aliados en la lucha contra el colesterol. El hecho de que sean conocidos como ácidos grasos nos puede inducir al error de pensar que se trata de algo nocivo, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un elemento indispensable para que nuestro organismo funcione a pleno rendimiento, sin ellos no podría funcionar. No hay que confundirlos con las grasas saturadas, las malas, ausentes en los frutos secos.
Igual que los ácidos grasos poliinsaturados son indispensables para que nuestro organismo funcione y además nos ayudan a bajar el colesterol, los ácidos grasos omega 3 son otra de las razones por las que los frutos secos son un buen alimento en esta misión. Las nueces, las almendras o las castañas, aunque estas últimas en menor cantidad, son fuentes de omega 3 a tener en cuenta, igual que el pescado azul y verduras como el brócoli, la borraja o el cardo que nos ayudarán a mejorar nuestra salud cardiovascular.
Los frutos secos tienen un interesante aporte proteico, entre los que destaca la L arginina, un aminoácido esencial que tienen un papel clave en la formación de óxido nítrico. Este compuesto es imprescindible a la hora de evitar las acumulaciones de colesterol circulante, y lo envía al hígado para que expulsarlo del cuerpo. La fibra también nos ayuda a eliminar el colesterol, y los frutos secos son ricos en ella; y la combinación de resveratrol y ácido elágico que tienen también mejoran la actividad celular, reduciendo la formación de colesterol malo y su acumulación en las arterias.
Sabrás que tenemos dos tipos de colesterol el HDL -popularmente conocido como colesterol del bueno- y el LDL -el malo-. Pues bien, la vitamina E, los antioxidantes y los ácidos grasos omega 3 y 6 de los frutos secos aumentan la concentración de colesterol bueno en nuestro organismo. Junto a los minerales y la fibra que nos aportan tenemos el cóctel perfecto para reducir el colesterol LDL de nuestras arterias.
Más beneficios del consumo de frutos secos
Los mejores frutos secos contra el colesterol
Las nueces son el ejemplo más recurrente al hablar de frutos secos contra el colesterol. Gran fuente de grasas saludables y minerales, fácil de acceder a ellas, su contenido calórico es inferior al de otros frutos secos... pero hay más. Las almendras, las avellanas, los pistachos, los piñones o los anacardos son buenos aliados para reducir el colesterol, igual que los cacahuetes aunque por mucho que nos esforcemos en definirlos como frutos secos pertenecen a la familia de las legumbres.
Eso sí, si quieres que el consumo de frutos secos te ayude a rebajar el colesterol tendrás que seguir una serie de pautas:
- Los frutos secos que encontramos en el supermercado ya pelados y tostados vienen salados y tratados, por lo que han perdido parte de sus nutrientes y pueden producir el efecto contraproducente, haciendo que suba el colesterol, así que busca frutos secos en estado natural.
- También debes tener en cuenta que los frutos secos son, generalmente, un alimento bastante calórico así que consumiremos los frutos secos regularmente pero con moderación, unos 25 gramos al día.