Los alimentos que nunca debes comer crudos

alimentos crudos toxicos

Ya sabemos que la alimentación va por modas, y desde hace un tiempo el crudivorismo se abre hueco entre las tendencias de vida sana, asociada en ocasiones al paleotraining y otros movimientos que pretenden ayudarnos a mejorar nuestro bienestar siguiendo la dieta y el estilo de vida que tenían nuestros ancestros hace miles de años. Los alimentos crudos tienen muchos beneficios, pero lo que no hay que perder nunca de vista es la toxicidad de los alimentos crudos, que nos puede provocar serios problemas de salud.

¿Qué alimentos crudos son tóxicos?

Microorganismos, bacterias o contaminantes son algunos de los culpables del malestar provocado por comer alimentos crudos tóxicos. Algunos basta con limpiarlos bien para poder comerlos crudos sin ningún problema -aunque el riesgo 0 no existe-, pero en otros casos tendremos que cocinarlos bien para eliminar esos tóxicos. En la lista de alimentos que jamás deberíamos comer crudos hay tanto alimentos de origen vegetal como de origen animal, así que vamos a conocerlos.

El huevo

Empezamos con el huevo, un producto que muchos deportistas o culturistas toman crudo para aprovechar sus proteínas. Lo que no saben son los peligros que tiene. Por una parte, la salmonella que afecta a uno huevo cada 30.000 y provoca fiebre, diarrea, cólicos o dolor de cabeza. Por otra parte está la avidina, un antinutriente que puede provocarnos un déficit vitamínico.

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La carne

La salmonella es otro de los contaminantes que podemos encontrar en las carnes aviares, como la del pollo o el pavo. Para acabar con estos contaminantes y los pequeños insectos que se pueden adherir al pollo y provocarnos serios problemas digestivos debemos cocinarlo, por lo menos, a 165º. Aunque el peligro es menor, la carne de cerdo también se debe cocinar para acabar con parásitos como la triquinosis, el nematodo o la solitaria del cerdo, que puede pasar del animal al consumidor si la come cruda.

Listados de carnes

El pescado

El pescado crudo, si no lo hemos congelado previamente, contiene anisakis, que también se puede eliminar cocinándolo. Un caso especial es el del atún, ya que como alertan los biólogos  es un pescado con altos niveles de mercurio que pueden derivar en un envenenamiento. Entre los principales síntomas de este envenenamiento por mercurio están la presión alta, la endometriosis, el dolor de cabeza, espasmos musculares y, en los casos más graves, pérdidas de conocimiento, debilidad y atrofia muscular o daños en la función cognitiva.


El sushi de atún no es muy saludable

 

La patata

¿Alguna vez has pelado una patata y has visto que tenía unas manchas de color verdoso? Pues eso se llama solanina, una sustancia tóxica que además de en la patata está presente también en las berenjenas y que causa daños estomacales o neurológicos. Vómitos, náuseas, diarrea, dolor de estómago y mareos están entre sus síntomas más habituales, de ahí que pertenezcan a las verduras y hortalizas que no se pueden comer crudas. Además, aunque no se vea a primera vista, las patatas también tienen almidón así que mejor las cocinamos antes de comerlas.

Solanum Tuberosum

La yuca

Dos de los superalimentos más populares, la yuca y la chaya, también son tóxicos si antes no los cocinamos. En el caso de la yuca tenemos cianuro, y aunque está presente en las hojas para que los animales no la coman hay una parte del veneno que pasa a la raíz. También encontramos cianuro en la chaya, muy popular en México o Estados Unidos, por lo que hay que hervir sus hojas antes de cocinarlas.

yuca

Las alubias

Acabamos con las alubias, los famosos frijoles, que crudos son tóxicos por culpa de una proteína que se llama lectina. No todas las lectinas son malas, algunas son beneficiosas, pero la de las alubias nos puede provocar náuseas o vómitos. Todo depende de la cantidad de alubias ingeridas y del tipo, porque en el caso de las alubias rojas la concentración de esta proteína es mayor y en algún caso ha provocado hasta el envenenamiento. Para acabar con la lectina basta con remojarlas unas horas antes de cocinarlas y luego hacerlas al fuego.

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