Los chips de verduras son un snack muy saludable y sabroso, mucho más recomendable que las patatas fritas de bolsa que compramos en el supermercado. Aunque muchos fabricantes venden estos chips, muchas veces no hacen más que enmascarar el procesado de la patata frita de siempre con otro nombre, o repiten el proceso con una verdura diferente. Por suerte, podemos preparar nuestros chips de verdura caseros, un proceso muy fácil en el que también pueden participar los niños.
Verduras para chips caseros
Realmente no hay una verdura perfecta para preparar estos chips caseros, el secreto está en elegir una verdura que te guste. Una de las claves es ir probando verduras, pero procura elegir siempre las que tengan la mejor consistencia para convertirse en chips. La calabaza, el calabacín, la berenjena, el apio, las patatas, la remolacha, el boniato, verduras exóticas como el kale... Todas ellas son buenas opciones. También puedes combinar varias verduras o incluso hacerlo con frutas (manzana, plátano, melocotón, fresas...).
Recetas para chips de verdura caseros
A la hora de preparar nuestra saludable receta de chips de verdura en casa tenemos dos posibilidades: el horno y el microondas. En cualquier caso descartaremos freír las verduras, por ejemplo en forma de tempura, o en la freidora. Se trata de técnicas que utilizan una cantidad excesiva de aceite, pero si los preparas al horno el resultado suele ser mejor y prácticamente no utilizaremos aceite. Con el microondas acabaremos antes, y aunque preparadas al horno quedan algo mejor el resultado tampoco está mal.
Lo primero que debes hacer es limpiar bien las verduras y cortarlas a rodajas de forma homogénea. Aquí hay quien apuesta por un corte más fino y otros que prefieren un corte grueso. Realmente el grosor de la verdura es secundario, lo importante es que todos los chips tengan el mismo grosor. Una mandolina o un cortador de fiambre nos ayudarán a conseguirlo, aunque con un cuchillo bien afilado y un poco de maña seguro que la cosa sale bien. Normalmente no hace falta quitarles la piel.
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Una vez cortadas hay que deshidratarlas, así que espolvorea un poco de sal sobre las verduras y déjalas reposar unos 20 o 30 minutos. Otra posibilidad es precalentar el horno a 60º y meter las verduras ya cortadas a rodajas para que se deshidraten mientras se hacen los chips. Hay que poner el calor arriba y abajo, y a ser posible también el ventilador, pero el proceso nos puede llevar unas cinco horas. Si los deshidratas con sal bastará con unos 10 o 15 minutos de cocción. Recuerda darles la vuelta cuando lleves la mitad del tiempo.
Si utilizas el microondas basta con ponerlo a una potencia entre 600 y 800 watios durante un par de minutos. A partir de ahí ves calentándolos en tandas de 30 segundos hasta alcanzar el punto de cocción ideal. Lo sabrás porque estarán crujientes pero sin haberse oscurecido mucho. De vez en cuando también deberías darle la vuelta. Llegados a este punto solo hace falta dejar que se sequen en la rejilla del horno para que acaben de coger ese toque crujiente que tanto gusta, y puedes añadirles un poco de sal o especias como el curry, pimienta...
Conservación de los chips caseros
Lo más seguro es que cuando los saques a la mesa vuelen, pero nunca está de más saber cómo conservar los chips de verduras. Hay que dejarlos enfriar en un lugar donde no suden, y comerlos lo más pronto posible. Si lo guardas en un bote de cristal o en un recipiente hermético aguantarán unos días hasta que se empiecen a poner blandos. Recuerda que por muy saludables que sean su valor nutricional es inferior al de las verduras y estos chips no pueden sustituir el consumo habitual de frutas y verduras.
