Actualmente son muchas las personas que se confiesan fieles seguidoras de platos que contienen pescado crudo. El más popular de todos ellos es el sushi, una receta típica japonesa que ha traspasado fronteras y que ha calado con fuerza en el mundo entero.

Otras recetas que gozan de mucha popularidad, y cuyo ingrediente principal es el pescado crudo son, por ejemplo: el tartar de atún o de salmón, el ceviche, una especie de ensalada fresca que proviene de Latinoamérica, cuyos ingredientes principales son los mariscos y pescados crudos, aderezados con lima o limón; y el Poke y Lomi, una receta típica de Hawaii que también contiene pescado crudo y algas.

Sin embargo, en muchas ocasiones debemos llevar cuidado al preparar estas exquisitas elaboraciones, pues el pescado puede contener parásitos muy perjudiciales para nuestra salud. El Anisakis es el más conocido, y el responsable de muchas de las alergias alimentarias que sufre hoy en día la población. Este pequeño gusano, que mide apenas 2 cm, vive en el aparato digestivo del pescado y se transmite con facilidad una vez que es ingerido provocando, entre otros síntomas, nauseas, vómitos, fiebre, dolor abdominal o urticaria.

¿Qué precauciones debemos tomar al comer pescado crudo?

Comer pescado crudo es seguro, siempre y cuando sigamos atentamente unas simples instrucciones de manipulación y preparación de los alimentos crudos:

Elegir pescado de calidad

En primer lugar, es importante saber elegir el pescado que vamos a ingerir en crudo, para ello, una vez que acudamos al mercado o a nuestra pescadería de confianza, deberemos optar por un pescado fresco, a ser posible el más fresco que nos puedan ofrecer. Si tienes dudas, comprueba siempre que la pieza de pescado está entera, y no fileteada. Asegúrate, además, de que el cuerpo del pescado está rígido, que tenga los ojos bien brillantes, y que las agallas conserven un color rojizo.

Congelar el pescado

Aunque el producto sea cien por cien fresco, se recomienda someterlo a un proceso de congelación en nuestro congelador de casa durante un tiempo estimado de entre 48 horas y siete días, y a una temperatura mínima de menos 20 grados centígrados. Sólo de esta manera nos estaremos asegurando de que las bacterias y parásitos que pueda contener nuestra pieza de pescado, morirán antes de ser ingeridas.

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Cuidar la limpieza y manipular correctamente el pescado

Una vez descongelado a temperatura ambiente, asegúrate de usar una tabla limpia y distinta a la que cortas otros alimentos. Utiliza un cuchillo muy limpio y, con el corte, evita serrar la pieza de pescado, ya que éste se deshará. Afila el cuchillo sólo por el lado derecho, y una vez que empieces a cortar, acerca la hoja del cuchillo hacia ti, practicando un movimiento único. De esta forma te asegurarás un corte perfecto para llevar a cabo tu receta con pescado crudo.

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Sin embargo, algunas instituciones de seguridad alimentaria como la agencia estadounidense Food and Drug Administration (FDA), ponen de manifiesto que siempre es mejor cocinar bien los pescados y mariscos antes de consumirlos, para evitar el riesgo de contraer enfermedades. Y es que en algunas ocasiones, el proceso de congelación no logra acabar con todos los microorganismos dañinos que contiene el pescado, como suele ocurrir, por ejemplo, con el caso de las ostras.

Otros alimentos que nunca debes comer crudos

En cualquier caso, y pese a tomar todas las medidas recomendadas para acabar con los parásitos que contiene el pescado, existen grupos de población a los que se les desaconseja por completo el consumo de pescado crudo, estos son: las embarazadas, los niños, los ancianos, las personas que padezcan enfermedades del sistema inmunológico, y las personas que padezcan enfermedades crónicas del sistema digestivo (acidez, colon irritable, enfermedad de Crohn o Helicobacter Pylori, entre otras muchas).