Siempre hemos apostado por el beneficio para nuestro organismo a través de una alimentación saludable y de una vida no sedentaria, donde la práctica del deporte sea algo habitual. Dentro de la alimentación saludable, uno de los mejores grupos de alimentos es el de las frutas, sin lugar a dudas. Hemos hablado muchísimo sobre los beneficios que nos aporta el comer sandía, fresas, cerezas, naranjas, etc… Sin embargo, el artículo de hoy puede descolocar a mucha gente. Y es que la fruta es sana y siempre recomendable… aunque hay que saber cuando comerla.

Muchos de nosotros solo consumismos fruta como postre, después de las comidas o las cenas. Es cierto que también hay mucha gente que toma la fruta para desayunar, o incluso en las comidas de en medio, como el almuerzo de media mañana o la merienda. No estamos diciendo que esto esté mal, porque la fruta es uno de los mejores alimentos, más sanos, menos calóricos y además más saciantes que existen. Todos son ventajas, pero eso de comerlo como postre, después de una comida, puede no ser tan buena idea como imaginábamos hasta ahora.

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Comer la fruta después de comer ¿es bueno o malo?

Muchos defienden la teoría de que tomar fruta después de las comidas puede hacernos engordar más, debido a que ésta se fermentará en el estómago, aumentado su aporte calórico. Este, desde luego, no tiene comprobación científica, y lo que es cierto es que comer una fruta al final de la comida puede hacer que la digestión sea algo más pesada, por el simple hecho de que comemos el alimento más saciante al final, cuando ya nos hemos acabado todos los platos. En principio, el aporte calórico de la fruta será el mismo, si la comemos antes, durante o después de las comidas.

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Entonces, ¿a qué viene este mito? Seguramente ha surgido por el hecho de que mucha gente cogía algunos kilos de más a pesar de comer postres más saludables, pensando que comiendo una fruta después de la comida era como si no se metiese más calorías en el cuerpo. Y evidentemente, a pesar del bajo aporte calórico que tienen, las frutas también nos dan energía y esas calorías se juntan con las que ya hemos ingerido anteriormente. Eso sí, será lo mismo comernos una pieza de fruta como postre que hacerlo luego en la merienda, por ejemplo, porque la cantidad de calorías ingeridas no cambiará por cambiarla de comida o de momento.

Entonces, ¿la fruta después de comer si o no?

Por tanto, concluimos que comer una fruta después de la comida puede ser tan saludable como hacerlo en cualquier otro momento, en lo que a engordar se refiere, y no nos afectará más si lo hacemos antes o después. Eso sí, como ya hemos dicho, tomar fruta puede hacer que nuestra hambre desaparezca más rápidamente, y si comemos una manzana de primero, por ejemplo, tal vez tengamos menos hambre a la hora de llegar al segundo plato, que seguramente sea más calórico, y esto haga que comamos menos. Así, la fruta nos ayuda a saciarnos antes y en consecuencia, a comer menos cantidad, con lo que las calorías también se reducen.

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Esa es la única diferencia reseñable que hemos de tener en cuenta a la hora de decidir si la fruta irá antes o después de la comida. Si buscamos saciarnos y comer algo menos de los platos principales, la fruta debería ir antes. En el caso de que no nos importe saciarnos o que los platos no sean demasiado calóricos, podemos tomarla como postre. Nosotros recomendamos, no obstante, que el desayuno, el almuerzo de media mañana y la merienda son los mejores momentos para disfrutar de la fruta.