¿El vino realmente engorda? Desmontando mitos

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A veces nos creemos a pies juntillas todo lo que escuchamos o leemos de supuestas fuentes “reputadas” en materia de alimentación y nutrición. Hoy en día Internet se ha convertido en la fuente de información de gran parte de la población, con el consiguiente peligro, ya que también se pueden encontrar artículos que desde luego no tienen base científica alguna, donde se plasma una realidad muy diferente a la que hemos conocido hasta ahora sobre muchos alimentos, y que provocan cuanto menos confusión en una buena parte de la población.

Hoy queremos pararnos a hablar sobre un tema bastante controvertido que lleva mucho tiempo sirviendo de base para una de las discusiones más largas de la historia de la nutrición: ¿el vino es beneficioso para nuestro organismo y es una bebida saludable o por el contrario no deberíamos tomarlo porque engorda? Seguro que todos hemos oído hablar sobre ese mito. El vino, al ser una bebida con alcohol, seguramente engordará igual que lo hace la cerveza o cualquier combinado. ¿Es así o su efecto en cuanto a calorías es mucho menor?

¿El vino engorda más que la cerveza?

A la hora de pedir una bebida en un bar, muchos tienen siempre la misma duda: ¿vino o cerveza? Parece que es una decisión en la que no entran otro tipo de bebidas, que pueden ser igual de saludables… o no. Pero el caso es que puestos a elegir, seguramente el vino sería la mejor opción, sobre todo el vino tinto, pero siempre y cuando no abusemos de él. Hemos de tener en cuenta que la gradación del vino, es decir, el porcentaje de alcohol etanol que lleva, es de un 12% en la mayoría de los casos. No parece mucho, pero es el doble de lo que suele llevar una cerveza lager, las más habituales en nuestro país.

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Esto significa que el vino nos emborrachará más que la cerveza, tomando la misma cantidad. Y de hecho, según estudios científicos, también nos emborracha más rápido, al llegar el alcohol del vino antes a la sangre que el de la cerveza. ¿Todavía sigue siendo una buena opción eso de elegir el vino antes que una buena rubia espumosa? Pues si no nos pasamos con la cantidad, sí. Y es que como solemos decir habitualmente, los problemas con la nutrición llegan cuando abusamos de cualquier alimento. Un par de copas de vino no nos afectarán demasiado a nuestro organismo, aunque nos pueden poner bastante “contentos”.


Sin embargo, su influencia en nuestro peso será totalmente nula. Y es que el alcohol no engorda por sí mismo, a pesar de lo que muchos podrían pensar. Cierto es que al tomarlo podemos estar maltratando a nuestro hígado, que es el que debe procesarlo, pero solo si abusamos de él. El verdadero problema que nos hace pensar que el vino, las copas o la cerveza engorda no es el alcohol, sino la otra parte de la bebida, la gaseosa mezclada con el vino, el refresco en el caso de un combinado, o la malta en el caso de la cerveza.

Stock-Asso || Shutterstock

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Estos sí son factores que afectarán a nuestro cuerpo, al añadirnos hidratos de carbono de manera masiva, uno por su alto contenido en azúcar, el otro al refinar la malta, ingrediente indispensable de nuestras cervezas. Entendemos pues que si lo que buscamos es no engordar y seguir bebiendo alcohol, el vino es sin duda la mejor alternativa posible que podremos pedir en cualquier bar, aunque eso sí, sin pasarnos, porque su efecto sobre nuestro cuerpo puede ser peligroso en grandes cantidades. Además, el vino también posee propiedades beneficiosas, como sus antioxidantes, que hacen que muchos médicos recomienden una copita al día.

 

Aprende cuáles son los mejores consejos para pedir vino en un restaurante y no parecer inexperto en la materia.

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