El sorgo, el gran desconocido de los cereales

sorgo beneficios

Cuando pensamos en cereales lo normal es que el trigo, el maíz o el arroz sean los primeros que se nos vienen a la cabeza, pero ¿qué pasa con el sorgo? No es ni el cereal más conocido ni el más habitual en nuestra alimentación, pero es muy consumido a lo largo y ancho del planeta. El sorgo crece bien en zonas áridas, el ganado también puede alimentarse de sus tallos, y aunque lo encontramos en zonas de Europa su cultivo es habitual en América, África y Asia. De hecho procede de la India y del África Central.

Un cereal ideal para celíacos y diabéticos

Llama la atención que en un mundo donde cada vez es más habitual encontrar alimentos gluten free los productos elaborados con sorgo aparezcan con cuentagotas en el supermercado. Uno de los rasgos principales del sorgo es que no contiene gluten, por lo que los celíacos pueden disfrutar sin problemas de los alimentos elaborados con este cereal. Si le añadimos el importante poder astringente y que es homeostático nos encontramos con una serie de alimentos muy interesantes para que nuestro organismo funcione a la perfección.

Además de para los celíacos el sorgo es muy recomendable para los diabéticos. Y es que este alimento para la diabetes ayuda al organismo a asimilar mucho mejor el azúcar. El propio sorgo absorbe una parte importante del azúcar que ingerimos con los alimentos, y poco a poco lo va liberando hacia el organismo. A medida que se libera el azúcar el organismo lo asimila, y de esta manera nos permite mejorar los niveles de energía durante las 24 horas del día controlando en todo momento los niveles de glucosa que tenemos en la sangre.

Propiedades nutricionales del sorgo

Aunque se parece bastante al maíz, tanto en el aspecto físico como en la aportación nutricional que nos supone, hay que hacer ciertos matices. Por ejemplo, el sorgo es un cereal menos calórico que el maíz, lo que se traduce en menos hidratos de carbono y por tanto menos aporte energético, aunque ya hemos visto que el aporte es bastante regular. También nos aporta muy pocas grasas, y tenemos que destacar la gran cantidad de proteínas que aporta -más que el maíz-, por lo que en el caso de los deportistas ayuda al desarrollo muscular y a la calidad del músculo.


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Otro aspecto a destacar del sorgo es la presencia de vitamina B y vitamina E, que nos ayudan a tener los tejidos corporales en buen estado. También destaca la presencia de minerales como el hierro, el zinc, el fósforo o el calcio. No podemos olvidarnos de la fibra. El sorgo es muy rico en fibra, aportándonos una cantidad más que suficiente para conservar el organismo en buen estado. Gracias a este cereal verás como mejoran tus digestiones, despidiéndote de problemas como los gases, las diarreas, el estreñimiento o los dolores estomacales.

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La presencia de estos nutrientes hace que el sorgo también sea positivo para el corazón o para la salud de los huesos. La fibra reduce la presencia de colesterol malo en nuestro organismo, minimiza las posibilidades de ataque al corazón o de enfermedades arteriales, y minerales como el magnesio, muy presente en el sorgo, mejoran la absorción de calcio, promoviendo la salud ósea. Por si fuera poco algunos antioxidantes presentes en el sorgo combaten a los radicales libres, convirtiéndose así en anticancerígenos.

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Tenemos diferentes variedades de sorgo según el tallo: muy precoces, precoces, medios o tardíos, y su color puede ir del blanco al rojo oscuro, pasando por diferentes tonalidades de amarillos y morados. Es muy sabroso en productos horneados, como panes, tortitas o muffins, y el grano se puede utilizar en ensaladas, aunque la forma más fácil de encontrarlos sea en herbolarios o en tiendas de nutrición. Al principio puede que te cueste acostumbrarte al sorgo y a su sabor, pero la adaptación será breve.

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