Boniato, papa dulce, batata… se le conoce con distintos nombres y aunque en Latinoamérica sí tiene un consumo elevado, en Europa, se come algo menos. Al igual que la patata, es un tubérculo muy versátil en la cocina y su característico sabor, ligeramente dulce, hace que también se utilice en repostería.
Incluir el boniato en una dieta variada, como alimento alternativo a las tradicionales patatas, es una buena elección, ya que, aunque guarda muchas similitudes con ellas, tiene características nutricionales propias a tener en cuenta en una alimentación equilibrada.
También en el caso del boniato existen distintas variedades y podrás encontrarlos con la piel morada de un tono más o menos oscuro. Lo interesante es su interior. Podemos distinguir entre el boniato de carne blanca y el que, al pelarlo, presenta una tonalidad rojiza o anaranjada. Ese color se lo aporta la presencia de pro vitamina A o betacaroteno, un nutriente de alto poder antioxidante del que sus compañeras, las patatas, carecen.
El boniato: similitudes y diferencias con la patata
Aunque la composición nutricional de ambos tubérculos es muy parecida, el boniato y la patata tienen diferencias apreciables:
- El gran valor del boniato anaranjado es su contenido en betacarotenos, que lo convierte en un alimento muy saludable, por sus efectos antioxidantes. Tomarlo de vez en cuando es una ayuda frente a la acción de los radicales libre.
- A nivel de aporte de energía, también “ganan” los boniatos, porque su contenido en carbohidratos y sobre todo en azúcares (de ahí su sabor dulce) dobla al de las patatas. Son, por tanto, un alimento muy calórico, perfecto para incluir en la dieta de un deportista y para ingerir, de manera ocasional, por alguien que lleve un ritmo de vida sedentario. También las personas diabéticas deben moderar el consumo de este alimento para evitar posibles picos de glucosa.
- En cuanto a la presencia de grasas, al igual que ocurre con las patatas, las grasas en los boniatos es mínima y con total ausencia de colesterol. Hay que recordar que para aprovechar las buenas propiedades de ambos alimentos, hay que cocinarlos preferentemente hervidos, al vapor, al horno o la brasa, dejando los fritos para ocasiones esporádicas.
- El boniato contiene más cantidad de fibra que la patata, algo que también contribuye a etiquetarlo como alimento sano e ideal para prevenir dolencias relacionadas con el tránsito intestinal. Otros micronutrientes como las vitaminas E y C o el ácido fólico también están presentes en una cantidad ligeramente superior en el boniato. En cambio, los niveles de potasio son más altos en las patatas.
Cómo aprovecharse del boniato
El boniato es un alimento saludable y de fácil digestión al que sacamos, en general, poco partido. Su particular sabor admite en la cocina preparaciones diferentes para variar en nuestras guarniciones.
Está claro que lo que enriquece una dieta es la variedad de alimentos que ésta incluye, por lo que, alternar el consumo de patatas y boniatos es aconsejable en la mayoría de los casos. A los niños, por ejemplo, les suele gustar mucho y estarán encantados de probar un puré que lo incluya o a sustituir sus patatas fritas por un rico boniato asado. Sorprenderles con unos buñuelos o empanadillas rellenas de boniato cocido y triturado con un poco de anís (especia) les encantará y tomarán un dulce de lo más saludable.
También para los deportistas, por su carga energética, es un buen aliado porque les aporta azúcares, para el ejercicio inmediato, y carbohidratos de lenta absorción para una actividad física prologada.
No se trata de cambiar las patatas por los boniatos pero, si te apetece ¿por qué no tomar los dos, de manera moderada, y beneficiarte de las buenas propiedades de cada uno de ellos?