El insomnio o incapacidad de dormir puede deberse a niveles bajos de azúcar en sangre, a la ansiedad, a la depresión, a la temperatura ambiente (demasiado frío o demasiado calor) o al consumo de cafeína. Existen diferentes tipos de insomnio:

• Insomnio de inicio, producido por la imposibilidad de iniciar el sueño en menos de 30 minutos.
• Insomnio de mantenimiento, caracterizado por despertares nocturnos de más de 30 minutos de duración o despertando definitivamente en algún momento y consiguiendo un escaso tiempo total de sueño.

La media diaria de sueño varía según la persona y sus hábitos, aunque los expertos recomiendan dormir entre  7 y 8 horas al día en adultos, y entre 8 y 10 horas a los niños. Además, el significado de los sueños es otro de los responsables de la calidad del sueño y el malestar generado en nuestro cuerpo y mente.

Para reducir la tensión nerviosa que provoca esta dolencia, es aconsejable consumir alimentos ricos en vitamina C, calcio y magnesio y evitar el alcohol y la cafeína en la medida de lo posible.