El aguacate se ha convertido en un ingrediente habitual en muchos de nuestros platos: rellenos, en ensaladas, en brochetas… sin olvidar el tradicional guacamole. Pero lo que tal vez no te resulte tan conocido es su aceite, válido no solo para aliños y aderezos, sino también para cocinar enriqueciendo fritos y guisos.
El aceite de aguacate se extrae de la pulpa carnosa, de sabor suave y textura cremosa, que rodea la pipa del fruto. Se elabora mediante prensado en frío para así mantener intactos todos los nutrientes. Al igual que ocurre con el de oliva, encontrarás distintas variedades, desde la virgen de primera extracción y de color verde intenso, a las refinadas de tonalidades más amarillentas.
Características del aceite de aguacate
Son varias las características que hacen del aceite de aguacate un valor en alza en la cocina, ya que, mantiene gran parte de los nutrientes que se encuentran en el fruto. Hay que destacar las vitaminas, sobre todo A y E, lo que le otorga propiedades antioxidantes, y también la presencia de ácidos esenciales saludables incluido el ácido oleico. Sus grasas resultan también beneficiosas porque la mayoría son insaturadas. Además, este aceite no contiene colesterol.
A la hora de utilizarlo para freír nos encontramos con un aceite de calidad óptima, porque aguanta mucho mejor que otros las altas temperaturas, manteniendo inalterables su composición y sus nutrientes. Hay que recordar los efectos del calor sobre el aceite. Cuando lo ponemos al fuego, el aceite comienza a calentarse hasta llegar al punto de humeo. Entre más tiempo tarde en humear, mejor, porque esto indica que no se está produciendo combustión y que ese aceite sigue manteniendo sus propiedades saludables inalterables.
Al no haber "humo", no se generan compuestos que pudieran ser perjudiciales. Para que te hagas una idea, el aceite de oliva, por supuesto también de calidad excelente, llega al punto de humeo entorno a los 230º – 240º, pues bien, el de aguacate soporta sin humear hasta los 270º. Sin duda, utilizarlo en la cocina es una opción a tener en cuenta.
¿Cómo puede cuidarnos el aceite de aguacate?
Su uso en cosmética está muy extendido. Son muchas las cremas hidratantes y rejuvenecedoras que lo incorporan en sus fórmulas. El aguacate tiene propiedades emolientes y no hay que olvidar su alto contenido en vitamina E, poderoso antioxidante. Su aceite también ha demostrado su efectividad a la hora de tratar la dermatitis y otros problemas de la piel. Si quieres un pelo fuerte y brillante, prueba a hacerte una mascarilla en la que no falten unas gotas del preciado aceite y verás los resultados con asombrosa rapidez.
Además, diversos estudios señalan que incluirlo en la dieta, tanto en crudo como cocinado, puede mejorar nuestra salud en conjunto y en especial si se trata de determinadas dolencias como:
- Tratamiento y mejoría de la artritis. Es una de las investigaciones más recientes que está dando resultados excelentes. Se ha comprobado que este aceite tiene propiedades anti inflamatorias que consiguen reducir la hinchazón y el dolor en las articulaciones propio de determinados tipos de artritis (especialmente la que afecta a manos y rodillas).
- Disminución de la presión arterial. Es el efecto más claro y beneficioso de la presencia de grasas saludables mono y poli insaturadas. Hay que recordar la ausencia de colesterol en el aceite de aguacate, algo que también contribuye a mejorar el estado general del sistema cardiovascular.
- Mejor absorción de nutrientes. Las mismas investigaciones apuntan a que incluir este aceite en los distintos platos que conforman nuestra dieta ayuda a nuestro organismo a absorber mejor los nutrientes que necesita para su buen funcionamiento, especialmente los carotenos y otros elementos con propiedades antioxidantes.
Si aún no lo conoces, podrías probar a aliñar tu ensalada favorita con aceite de aguacate o a utilizarlo en alguno de tus guisos. No altera el sabor de los alimentos y es una fuente de salud, con buenas propiedades, aún por descubrir.