Los productos lácteos en general, ya sean derivados de la leche de vaca como de oveja, cabra u otros animales, han representado durante miles de años una de las principales fuentes de proteínas para gran parte de población. Sobre todo en épocas en que la ingesta de carne e incluso de huevos era algo limitado a algunos días al año, y cuyo consumo habitual estaba reservado a las clases altas.
Dentro de éstos, hay lácteos que son más saludables que otros, por la cantidad de proteínas que ofrecen y por reducir sus grasas en gran medida. Veamos cuáles son los mejores lácteos para la salud.
Los lácteos enteros o desnatados
Los lácteos desnatados van bien para un determinado grupo de población que no puede o no debe tomar lácteos enteros. La leche desnatada es beneficiosa principalmente por su bajo contenido en calorías, algo muy importante cuando iniciamos una dieta por razones de salud, en casos de sobrepeso. Si a esto le añadimos que es una importante fuente de calcio y fósforo, concluiremos que se trata de un alimento muy aconsejable en todos los casos, y especialmente cuando se trata de adelgazar y prevenir la aparición del colesterol “malo”.
Cuanto atendemos a la edad de las personas, la leche entera siempre es más saludable para los niños en edad de crecimiento, ya que la leche entera ofrece más calorías y nutrientes que la desnatada. En la edad adulta, en cambio, es recomendable el desnatado, porque las grasas que poseen los enteros realmente no son necesarias ya para el organismo.
De todas maneras, una persona sana sin problemas de colesterol ni hipertensión puede tomar perfectamente leche entera, si bien no se puede abusar de ella. Los lácteos también son buenos para evitar la acidez gástrica, pero algunos quesos curados tienen un alto contenido en grasas que contrarresta este efecto. Así, si tenemos cierta tendencia a desarrollar esta molestia, los quesos desnatados son también una muy buena solución.
El yogurt
Según diversos estudios, el yogurt está entre los alimentos más saludables. Aporta calcio, fósforo y vitaminas de tipo B, además de ser bueno para acabar con muchas infecciones y de regular la flora del intestino.
Este lácteo es saludable al combinar las propiedades de la leche con los de las bifidobacterias. Entre los diversos yogures, los mejores son los naturales y sin azúcar, pero depende de cada persona y de las carencias o problemas que puede presentar en el organismo. Para endulzarlo es mejor añadir miel y no comprar yogures azucarados al llevar una gran proporción de azúcar y de grasa.
Quesos bajos en grasa
Un estudio de la Fundación Dieta Mediterránea y de la Universidad San Pablo ha concluido que el queso está entre los 50 alimentos más saludables de toda la historia. Los beneficios del queso van en función de su elaboración, y suelen contener vitamina A y de tipo B. El queso más saludable es el que tiene menos grasa, como los desnatados, tipo requesón o queso fresco, que podemos añadir en multitud de platos.
El queso ofrece una elevada cantidad de calcio, tan necesario para el fortalecimiento de los huesos. Los quesos en general suelen ser altos en grasa y sal, por lo que no pueden consumirse diariamente, especialmente para las personas con colesterol.
El Kéfir
Este lácteo también ofrece mayores propiedades que el yogurt, al alimentarse de la lactosa y contener menos sal y azúcar. El kéfir presenta minerales, como el calcio, magnesio y fósforo; es rico en vitaminas del grupo B y vitamina K; y contiene aminoácidos esenciales. Entre sus beneficios, se encuentran la modulación del sistema inmunitario y de la flora intestinal.