Saltarse comidas, especialmente el desayuno; comer rápido y mal, en el coche, en el trabajo o mientras estudiamos; el exceso de grasas, de azúcares, de sal, de colorantes artificiales; picar entre horas, beber refrescos o alcohol en vez de agua, olvidarnos de las frutas y verduras, no variar la dieta... Todos ellos son malos hábitos alimenticios, la causa de una serie de problemas y enfermedades asociados a una alimentación incorrecta. Si eres de los escépticos que no se lo creen, quizá cambies de opinión cuando descubras los peligros de una mala alimentación.

La malnutrición

Una cosa es comer, y otra bien diferente es nutrirse. Seguir unos malos hábitos alimenticios hará que estés falto de energías, lo que conocemos como malnutrición. Esa falta de energías es una de las muchas consecuencias de no comer frutas o verduras, nos provocará malestar y bastará con hacernos unos análisis para comprobar que nos faltan vitaminas y minerales por todas partes. De hecho, la malnutrición y falta de energías pueden ser consecuencia de estos malos hábitos o de patologías tan graves como la bulimia o la anorexia.

Sobrepeso y obesidad

Problemas de corazón

Muchas veces está relacionado con el sobrepeso o la obesidad, pero tampoco escasean los casos de personas que con un peso dentro de lo convencional tienen el colesterol disparado por culpa de saltarse las comidas y sus malos hábitos alimenticios. Se destruye el colesterol bueno, las arterias se obstruyen y aumenta el riesgo de sufrir hipertensión o problemas cardíacos, porque el corazón tampoco funciona tan bien como debería. La obstrucción arterial también impide que el cuerpo asimile bien los nutrientes.

Otra de las consecuencias es que la insulina no puede controlar la glucosa, lo que da lugar a la aparición de la diabetes de tipo 2. No son pocos los ejemplos de adultos que desarrollan diabetes por culpa de los malos hábitos alimenticios que seguían durante la adolescencia. Se puede controlar con la insulina, y tendremos que cambiar nuestra dieta pero se trata de un problema que nos acompañará para siempre. Por eso es importante abandonar cuanto antes los malos hábitos y seguir una alimentación sana.

Envejecimiento prematuro

La comida es uno de los factores que determinarán si envejecemos rápido o si por el contrario nos mantendremos jóvenes durante más tiempo. Los alimentos ricos en grasas saturadas y con calorías aceleran el envejecimiento del cerebro, la falta de nutrientes provoca un esfuerzo extra en los órganos, lo que a largo plaza acaba deteriorándolos.

El hecho de no beber agua causa una deshidratación que se refleja en la piel, las células se oxidan antes y no se regeneran, el exceso de azúcar se convierte en arrugas o líneas de expresión... Por no hablar de los problemas de beber demasiado alcohol o del tabaco.

Problemas en el aparato digestivo

Ya sea porque comes mal o porque comes demasiado, los cálculos biliares, el reflujo, la acidez o los cánceres de páncreas y colon son algunos de los problemas digestivos provocados por una mala alimentación.

Como ves tenemos problemas digestivos de fácil solución y otros como el cáncer que pueden llegar a ser mortales. De hecho es algo que podemos exportar a todos los problemas que hemos visto así que abandona esos malos hábitos alimenticios antes de que sea demasiado tarde.