Todo lo que necesitas saber sobre las enzimas

como funcionan las enzimas

Últimamente se ha hablado mucho de las enzimas, de su papel en las dietas, etc., en un debate más de barra de bar que en el ámbito que debería. Lo primero que debemos tener claro es que las enzimas son unas proteínas que se producen en el organismo y colaboran con el metabolismo del cuerpo, asimilando micronutrientes como los aminoácidos, los ácidos grasos y monosacáridos, etc. para formar nutrientes más completos como pueden ser las proteínas, los lípidos, los hidratos o las vitaminas.

Las tres clases de enzimas

Tenemos tres tipos de enzimas. Las digestivas permiten que el organismo aproveche los nutrientes de los alimentos que comemos, y las produce el tubo digestivo. Las enzimas metabólicas vienen del interior de las células de desecho del cuerpo y ayudan a eliminar esas sustancias y las toxinas que participan en el proceso de obtener la energía y en la regeneración celular. El tercer tipo son las enzimas dietéticas o de los alimentos, presentes en los alimentos crudos. Nos ayudan en la digestión y en el funcionamiento de otras enzimas, pero el calor las destruye.

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Precisamente por esa acción del calor sobre los alimentos cocinados es importante que los vegetales frescos tengan un papel destacado en nuestra dieta. Hablamos de frutas y verduras que se puedan comer crudas, pero también de los germinados, fermentados o de bebidas como la horchata de chufa que conservan todas sus enzimas. Más allá del calor, el envejecimiento o los problemas del aparato digestivo pueden provocarnos un déficit enzimático que entre otras cosas provoca flatulencias, fatiga, dolor muscular o cálculos biliares.

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'La enzima prodigiosa' no existe


El prestigioso cirujano japonés Hiromo Shinya escribió 'La enzima prodigiosa', un libro donde nos presenta el consumo de enzimas como el suplemento milagroso que nos permitirá perder peso. Su teoría dice que las frutas y verduras actuales no nos aportan las enzimas que necesita nuestro organismo, de ahí que recomiende el uso de suplementos. Sin embargo no son pocas las pruebas de que esta teoría no se sostiene por ninguna parte, pero aún así cuenta con una legión de seguidores similar a la que tuvo el no menos polémico Método Dukan.

Suplementos de vitaminas solubles e hidrosolubles

Está claro que la alimentación actual, con una gran presencia de la comida precocinada, los procesados o las grasas saturadas es pobre en enzimas, pero si queremos seguir una dieta más equilibrada no tenemos por qué hacerlo a base de suplementos. Son un recurso muy válido para personas que tienen problemas digestivos o para absorber nutrientes, pero el resto de la población debería optar por unas dietas más saludables, con alimentos frescos que nos aporten las enzimas necesarias, y no seguir ciegamente las dietas que recomiendan los famosos, muchas veces bajo pago.

¿Existen alimentos ricos en enzimas?

Si quieres aumentar las enzimas que ingieres para asegurarte una mejor digestión, tu mejor aliado es la papaya, base de muchos suplementos de enzimas. La papaína que contiene la papaya tiene un papel clave en el proceso digestivo, descomponiendo los nutrientes de la carne o de otras proteínas. Algo parecido, aunque en menor medida, pasa con la bromelaína de la piña, que más allá de sus beneficios digestivos reduce la inflamación o la coagulación excesiva de la sangre.

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El plátano, el mango, el kiwi o el melón son otros ejemplos de frutas que no te puedes perder para aumentar las enzimas que ingieres. Aquí podemos incluir el aguacate, un habitual en ensaladas que genera lipasa, imprescindible para la buena absorción de varias vitaminas y grasas saludables. Los vegetales verdes, como el brócoli, el apio o los espárragos, los fermentados como el chucrut o el kimchi o la miel de abeja también son ricas en enzimas que nos ayudarán en nuestras digestiones.

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