Si buscas sentirte mejor por dentro y por fuera, y entre tus nuevos propósitos te has propuesto comenzar a seguir la dieta macrobiótica, descubre todos los mitos y realidades que acechan a este tipo de alimentación milenaria.
Principales verdades sobre la dieta macrobiótica
Hay que destacar, en primer lugar, que la alimentación macrobiótica es mucho más que una simple dieta, ya que por sí misma, entraña toda una filosofía de vida que debes poner en práctica si quieres aprovecharte de todos sus beneficios.
Conoce todos los beneficios de la dieta macrobiótica
Pensar con la cabeza y no con el estómago
Y es que cuando seleccionamos los alimentos que formarán parte de nuestra alimentación diaria, deberemos tener en cuenta distintos factores como: cuántas calorías nos aportan; si esos alimentos son los típicos de la estación en la que nos encontramos; cómo hemos de consumir cada alimento (fresco o cocinado); y qué raciones de alimentos deberemos consumir diariamente, evitando así los excesos.
Adaptar nuestra alimentación a las necesidades diarias que le presenta nuestro organismo
En definitiva, no debemos consumir más calorías de las que nos corresponden por nuestro gasto energético diario. Hay que tener muy claro que uno de los principales objetivos de esta dieta es, precisamente, proporcionar a nuestro organismo las cantidades justas que necesita de cada nutriente, sin pasarnos.
Es efectiva contra la acidez de estómago
La dieta macrobiótica busca equilibrar los niveles de pH de nuestro organismo, lo que reduce considerablemente el riesgo de padecer dolencias estomacales como la acidez, el reflujo o las digestiones pesadas.
Ayuda a mantener a raya el colesterol
Debido a la ausencia de grasas y alimentos procesados, esta dieta es muy efectiva en la lucha contra el colesterol malo o LDL. Por lo tanto, una persona que sigue con fidelidad los postulados de este tipo de dieta, tiene muchas menos posibilidades de tener colesterol en sangre.
Falsedades que seguramente has escuchado sobre la dieta macrobiótica
Son muchos los mitos que también se han alzado entorno a la dieta macrobiótica y que carecen de argumentos sostenibles, lo que puede dar lugar a equívocos por parte de quienes quieren empezar a seguirla o están interesados en ella.
Seguir una dieta macrobiótica es muy fácil
Esta afirmación no es del todo cierta, ya que la dieta macrobiótica proclama, como principal consigna, el consumo de productos estacionales que sean propios de la época del año en la que nos encontramos. Esto, en muchos casos, puede acarrear cierta dificultad, sobre todo a la hora de planificar las comidas que formarán parte de nuestra alimentación diaria.
Siguiendo una dieta macrobiótica el organismo no sufre carencias nutricionales
Muchos expertos en nutrición alertan de que el paso de la dieta -3 al paso +7, que es el máximo escalón de esta dieta, suele provocar algunos desajustes y desequilibrios en el organismo, sobre todo, porque comienzan a aparecer carencias de algunos nutrientes esenciales como calcio, hierro, o vitamina B12, entre otros muchos.
Para seguir una dieta macrobiótica no se necesita ningún tipo de ayuda ni supervisión
Esta afirmación es rotundamente falsa. Es más, si quieres alcanzar el principal objetivo que persigue la dieta macrobiótica que es, en esencia, el de lograr que a nuestro cuerpo no le falte ningún tipo de nutriente, es más que recomendable que te pongas en manos de un experto cuando decidas apuntarte a esta nueva alimentación y estilo de vida. De esta forma te asegurarás que tu organismo no está sufriendo ninguna carencia, y conseguirás sentirte más saludable por dentro y por fuera.
La dieta macrobiótica es vegetariana
Esta afirmación no es tampoco cierta. Aunque cualquier persona es libre de llevar la dieta macrobiótica al extremo si así lo desea, lo cierto es que esta dieta incluye la ingesta de proteínas de origen animal a través del consumo de pescado blanco o carne de ave, hasta dos veces por semana, y también, la ingesta de un huevo cada diez días.