No son pocas las personas que se hacen estas dos mismas preguntas: ¿cuál es la diferencia entre la maicena y la harina? Y ¿cuál es más beneficiosa para el organismo? Aunque a una gran parte de la sociedad parecen iguales, hay que señalar que ambas tienen sus características y particularidades, por lo que no son ni mucho menos alimentos idénticos.
La maicena y harina son dos alimentos que se suelen confundir muy a menudo. Una importante parte de la sociedad desconoce cuál es la diferencia, cuál resulta más aconsejable para cocinar, y cuáles son las propiedades de cada una de ellas. Es por este motivo que a continuación queremos centrarnos en desvelar algunas dudas muy comunes. ¿Quieres conocer cuáles son las diferencias? ¡Sigue leyendo!
Diferencias entre la maicena y la harina
A pesar de que ambas provienen del maíz, hay que destacar que son alimentos muy dispares entre sí, con claras y notables diferencias. Una de ellas la encontramos en el proceso de elaboración, así como las partes del grano que son utilizadas para su producción.
Tanto en el caso de la harina como en el caso de la maicena, se retira del grano la cascarilla. Posteriormente, para elaborar la harina, se hace uso del resto del grano, mientras que para elaborar la maicena también se quita el germen.
En el caso de la harina, se lleva a cabo el proceso que se conoce como la molienda. En cambio, para la maicena se realiza un proceso que moja el grano y deja que fermente ligeramente. Después de procede a moler, lavar para eliminar todo el almidón y, por último, se deja secar.
Es importante tener en consideración que, en cuanto a los valores nutricionales se refiere, la maicena y la harina de trigo contienen básicamente lo mismo, tanto en calorías como en proteínas, lípidos y glúcidos.
¿Qué usar en la cocina: maicena o harina?
La principal razón por la que siempre se suele utilizar harina para hacer el pan u otras recetas es porque la misma contiene gluten. Dicha proteína aporta a la masa su elasticidad y su consistencia. En otras palabras, hay que señalar que la maicena y la harina aportan diferente textura, sabor y grosor.
Una importante diferencia se encuentra en que se requiere menor cantidad de maicena que de harina para conseguir una masa de una consistencia concreta. Al emplear menor cantidad de maicena se reduce la cantidad de calorías y de carbohidratos que se ingieren en cada porción.
Hay que tener en cuenta que la maicena no tiene gluten, de modo que no es suficiente para conseguir una consistencia tipo pan. Para ello el salvado de avena y el huevo pueden resultar de gran ayuda, ya que le confieren dan elasticidad y cohesión a la masa. Otra posibilidad es emplear una parte de harina y una parte de maicena.
Muchas alternativas a la maicena al alcance de tu mano
Has de recordar que, en la actualidad, existen muchas otras harinas que podrás utilizar a la hora de elaborar tus recetas. Harina de almendras, harina de quinoa, harina de centeno, harina de coco, harina de garbanzo, harina de soja, harina de castaña... dispones de infinidad de posibilidades a elegir para elaborar tus platos.
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Ahora que ya conoces las diferencias entre la harina de trigo y la maicena, de buen seguro que tienes mucho más claro cuando utilizar un producto u otro.
