Lo que debes saber sobre las bebidas light y zero

bebidas light o zero son buenas

Poco a poco se han hecho un hueco en el mercado y hoy en día se consumen tanto o más que los refrescos tradicionales. Es cierto que un bote o botella de una bebida light o zero aporta ínfimas calorías (entre 0 y 6 Kcal.), pero esto no quiere decir que estos productos adelgacen o supongan un extra de salud en nuestra dieta.

Cualquier refresco está elaborado principalmente con agua carbonatada a la que se añaden azúcares, zumos o néctares de frutas, cafeína y otros aditivos, conservantes y aromas. La diferencia principal con sus versiones light y zero (ofertadas por la mayoría de las marcas) es que en este último caso, el azúcar se sustituye por edulcorantes que no aportan calorías.

De cola, de naranja, de limón… para que una bebida se considere light debe contener, como mínimo un 30% menos de calorías que ese mismo refresco “normal”. El concepto “zero” indica que el aporte calórico de esa bebida concreta es inferior a 1 kcal., mientras que el “light” puede abarcar desde 1 hasta 7 kcal. En cualquier caso estamos ante bebidas que mantienen su sabor dulce sin azúcares añadidos (sí edulcorantes) pero esto no las convierte en fuente de salud y “elixir mágico” para perder peso.

Verdades y mitos de las bebidas light o zero

Hay que tener en cuenta que este tipo de bebidas se ha incorporado a la nuestra dieta hace relativamente poco tiempo, por lo que cada día surgen estudios que aportan nuevos datos sobre sus beneficios y sus posibles consecuencias para la salud. Algunos puntos a tener en cuenta son los siguientes:

  • La diferencia en cuanto a aporte calórico con los refrescos tradicionales es evidente. Una bebida carbonatada refrescante contiene una media del 8% de azúcar (8 gramos por cada 100 mililitros). En cambio, las bebidas light y zero no contienen azúcares.

por que sustituir el azucar

  • El resto de sus componentes es muy similar a sus “homónimos” no lights, por lo que, a nivel de ingredientes químicos (conservantes, colorantes, potenciadores del sabor, etc.) son prácticamente iguales.
  • Su agradable sabor dulce se debe a edulcorantes artificiales no calóricos como el aspartamo, ingrediente que algunos estudios relacionan con la aparición de dolores de cabeza o migrañas.

  • Por sí mismas no poseen ningún poder adelgazante. No aportan calorías pero no queman o reducen grasas (eso solo se consigue con una dieta equilibrada y con ejercicio).

Stock-Asso || Shutterstock

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  • Para potenciar el sabor y lograr que resulten más apetecibles, algunas incrementan su contenido en sodio (algo que no favorece la hidratación y además puede contribuir a la retención de líquidos). También la presencia de ácido fosfórico puede afectar a la correcta calcificación de los huesos.
  • La mayoría, no aporta nutrientes (ni fibra) al organismo por lo que, sin duda, no son las mejores bebidas para convertirse en la base de una alimentación equilibrada.
  • Recientes estudios apunta a que el hecho de “engañar” al cerebro ingiriendo bebidas edulcoradas pero sin calorías puede provocar un efecto no deseado. Un producto dulce “vacío” puede despertar ansiedad y deseo de ingerir azúcares “de verdad” haciendo crecer el consumo de alimentos ricos en carbohidratos, que pueden provocar un aumento de la grasa corporal e incluso problemas de diabetes.

Syda Productions || Shutterstock

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En definitiva, las bebidas zero o light, tomadas con moderación, pueden formar parte de una dieta saludable, pero no es conveniente abusar de ellas. No aportan calorías, pero tampoco nutrientes y, en determinados casos, su ingesta excesiva puede resultar contraproducente (algunos estudios hablan incluso de adicción). No reducen el apetito ni “queman” grasas, aunque a la hora de tomar un refresco, por supuesto, suponen una ingesta calórica inferior a la que puede aportar un refresco no light.

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