Aunque muchos piensen que cualquier tipo de fritura es desaconsejable para una dieta sana y equilibrada, lo cierto es que los alimentos fritos pueden ser también parte de nuestra alimentación, siempre que no abusemos de ellos y por supuesto, que los cocinemos de la manera más saludable posible. Y es que uno de los secretos para entender porqué las frituras son tan calóricas está en el propio aceite que utilicemos para freír esos alimentos. Cambiando de aceite podemos reducir de manera considerable los peligros de convertir las frituras en fuentes de grasas saturadas.
Por eso se recomienda siempre comer este tipo de alimentos en casa, donde nosotros mismos podamos elaborarlos a la manera que deseemos. Por ejemplo, usando aceite de girasol alto oleico, una de las mejores alternativas que existen hoy en día para freír alimentos sin llenarlos de grasas saturadas. Este tipo de aceite se está volviendo cada vez más popular tanto para su consumo doméstico como para su uso en bares y restaurantes, gracias a su precio moderado con respecto al aceite de oliva, y además es una variedad más sana del aceite de girasol normal que solemos encontrar en todos sitios.
¿Qué beneficios tiene el aceite de girasol alto oléico?
El aceite de girasol de alto contenido oleico cuenta con una serie de ventajas interesantes que le hacen ser una mejor alternativa para su consumo diario, como por ejemplo, el hecho de que se conserva en buenas condiciones durante más tiempo que el aceite de girasol normal, además de contener más ácidos omega 9, lo que le empareja más con el aceite de oliva y sus propiedades saludables. Su sabor y su olor es más neutro, favoreciendo así el propio sabor del alimento que se está friendo, y además es más estable que otros aceites, provocando que su descomposición sea más lenta y por tanto, menos agresiva para nuestro organismo.
La principal ventaja de este aceite para uso en hostelería es que supone una alternativa más barata y sana al aceite de oliva, sin llegar a ser tan perjudicial como otros aceites que llenan de grasas saturadas e hidrogenadas las frituras. El hecho de no tener sabor también supone una buena ventaja para este aceite de girasol, permitiendo así que los alimentos conserven sus propios sabores y no tengamos ese lamentable regusto a fritura que desgraciadamente encontramos en muchos restaurantes de este tipo. Porque la comida frita también puede ser saludable.
Este aceite puede ser además reutilizado sin miedo a que pierda sus propiedades, ni a coger mal sabor, ya que puede utilizarse a temperaturas muy altas. De hecho, el aceite sirve para freír pero normalmente no se queda en los alimentos, al contrario de lo que sucede con otros aceites de girasol, que provocan una textura aceitosa y bastante desagradable en muchos casos. La presencia del ácido oleico, el propio que da nombre al aceite en sí, es muy alta en esta variedad, llegando al 80%, un porcentaje muy similar al del aceite de oliva, por lo que ambos se pueden considerar alternativas saludables, aunque el aceite de girasol resulta más económico.
Con el simple gesto de comprar y utilizar otro aceite en nuestras frituras ya estamos dando un paso de gigante en lo que se refiere a nuestra alimentación, dejando atrás malos hábitos y buscando alternativas más saludables que no solo ayuden a nuestro organismo a estar mejor, sino que también nos habrán un mundo entero de nuevas posibilidades a la hora de preparar los alimentos, asumiendo que ninguno está prohibido, siempre que lo sepamos preparar de una forma sana y equilibrada. Ahora las frituras podrán formar parte de tu dieta, sin abusar eso sí, con este aceite de girasol alto oleico.
