La yerba mate procede de una planta originaria de Sudamérica que se produce y consume principalmente en países como Argentina, Brasil, Chile o Paraguay. Son muchos los lugares de Latinoamérica donde el mate se toma a diario. Es un hábito extendido que forma parte no solo de la alimentación tradicional, sino de la propia cultura.

Aunque hay distintos métodos, tiene sus normas de preparación. Se elabora con hojas secas y en ocasiones con ramitas enteras de la planta, dejando que suelten su sabor en agua caliente, pero no hirviendo, y en un recipiente determinado que también se conoce como mate y está destinado solo a este fin. Es habitual tomarlo con azúcar y/o limón aunque sobre gustos… ya se sabe. Ahora también puedes encontrar mates con distintos sabores: aromas a cítricos, a café, a frutas…

La yerba mate contiene una serie de elementos nutricionales que le aportan propiedades específicas, algunas realmente beneficiosas y otras no tanto. Su consumo ha aumentado notablemente en España y conviene conocer un poco mejor qué aporta y cómo actúa en nuestro organismo.

Pros y contras del mate

Las hojas de mate son ricas en nutrientes. Contienen importantes vitaminas, especialmente vitamina A, del grupo B, como la vitamina B1 y la B2 y en menor medida vitamina C.  En cuanto a los minerales, destacan el calcio, el hierro, el magnesio, el sodio y el potasio.

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Además, la yerba mate es una buena fuente de antioxidantes, capaz de aportar una cantidad considerable de polifenoles y catequinas (taninos). Entre sus elementos, no hay que olvidar su alto contenido en un tipo determinado de cafeína, la conocida como mateína.

Teniendo en cuenta esta composición, el mate es una bebida estimulante que puede resultar una buena ayuda a la hora aportar un extra de energía sin incrementar apenas la ingesta de calorías. Aun así, como ocurre con otras bebidas de este tipo, como el café, su consumo excesivo no es recomendable, especialmente en caso de existir problemas digestivos como la gastritis o de padecer hipertensión.

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Tampoco conviene abusar si se da algún tipo de disfunción hepática y en caso de existir alteraciones nerviosas, como ansiedad, estrés, hiperactividad... En cualquiera de estos supuestos, antes de elegir el mate como bebida habitual es importante consultar con el especialista.

No solo su contenido en mateína lo convierten en un excelente revitalizante. Su riqueza en vitaminas y minerales hace que no solo contribuya a la necesaria hidratación del organismo sino también a mejorar nuestras defensas y reforzare nuestro sistema inmunológico, reduciendo así la sensación de fatiga o cansancio general.

Punto a favor es la presencia de antioxidantes. Catequinas y polifenoles ayudan a frenar la acción de los radicales libres causante del deterioro celular y responsables, en gran medida, del envejecimiento cutáneo prematuro. Tal vez, ésa sea la causa de que los amantes del mate aseguren que no es solo fuente de salud sino también de juventud.

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¿El mate ayuda a adelgazar?

No se trata de ningún elixir con propiedades adelgazantes casi mágicas como algunas dietas llegan a insinuar, pero es cierto que es un buen diurético y que también puede aliviar los problemas leves de estreñimiento, por lo que, una infusión de yerba mate es un buen complemento para una dieta equilibrada que, además, pretenda mantener los kilos bajo control.

Por otra parte, puede incluirse en el grupo de las bebidas termogénicas (como el café o el té), aquellas que aceran el metabolismo, haciendo que consumamos más energía y tengamos que recurrir a las grasas acumuladas.

Si te animas a probarlo, siempre teniendo en cuenta sus posibles efectos adversos, descubrirás una infusión que te sorprenderá con un sabor diferente y que, en su justa medida, aporta beneficios a tener en cuenta.