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El huevo, fuente de salud pero… ¿crudo o cocinado?

huevo crudo bueno o malo

El huevo es un súper alimento que, tras décadas de caer “en desgracia”, al ser considerado principal responsable del aumento del colesterol en nuestra dieta, ha ocupado, finalmente, el lugar que le corresponde en el conjunto de una alimentación equilibrada. De hecho, si no existe alergia, intolerancia o una contraindicación médica, tomar 4 o 5 huevos a la semana es perfectamente recomendable.

¿Qué aporta el huevo al organismo?

Es una extraordinaria fuente de proteína de alto valor biológico, es decir, aquella que contiene todos los aminoácidos esenciales. De hecho, este alimento sirve de referencia para comparar la calidad proteica de otros como las carnes o los cereales. Un solo huevo contiene entre 6 y 8 gramos de valiosa proteína y aporta entre 60 y 80 kcal, dependiendo de su peso y de su preparación. Además, guarda en su interior vitamina A, vitaminas del grupo B, como la B2 y la B12, vitamina D y vitamina E, junto a minerales como el fósforo, el hierro, el selenio y el zinc. También hay que destacar en su composición sustancias elementales como la luteína y la colina, esenciales para el correcto funcionamiento de nuestros distintos procesos metabólicos y del sistema nervioso.

El huevo crudo ¿es bueno o malo?

Especialmente en el ámbito del deporte, y sobre todo el de la musculación, algunos consideran que tomar el huevo en crudo es la mejor garantía para beneficiarnos de todas sus buenas propiedades. Pero la realidad es que esto no es cierto, no por consumir el huevo de esta manera tiene un mayor valor nutricional, es más, esta práctica puede resultar incluso peligrosa para la salud.

Hay que tener en cuenta que el huevo es un alimento de origen animal que ha sido manipulado (hasta llegar al supermercado) y puede tener distintas bacterias, no solo en su exterior sino también en su interior. La más “peligrosa” es la salmonella, responsable de la temible salmonelosis, la cual que afecta al aparato digestivo con síntomas graves como vómitos y diarreas.

Por eso, tomar un huevo crudo, haciendo un orificio en la cáscara, no es una buena idea, y, además, resulta totalmente innecesario porque cocido conserva todas sus propiedades, así que ¿para qué arriesgar y comerse un alimento crudo como este?

Twinsterphoto || Shutterstock

También es importante saber que algunos de esos excelentes aminoácidos esenciales que dan su valor nutricional al huevo no son fácilmente digeribles en su estado original. Un huevo crudo, no solo sabe bastante mal (cuestión de gustos) sino que también puede resultar un alimento indigesto. Solo un batido intenso (en el caso de las claras, casi hasta alcanzar el “punto de nieve”) o el calor de la cocción consiguen eliminar bacterias y “romper” los enlaces que forman la cadena de aminoácidos, de manera que nuestro organismo pueda digerirlos y absorberlos sin problemas.


Son muchos los deportistas que apuestan por las claras de huevo crudas como parte fundamental de su dieta encaminada a mantener y desarrollar musculatura. En estos casos, para aprovechar los beneficios de este alimento con total seguridad, existen preparados de clara (en crudo) pasteurizada. Son productos totalmente aptos para el consumo, ya que con el proceso de pasteurización, los peligros de salmonella o malas digestiones quedan eliminados.

Otros alimentos que nunca debes comer crudos

Otros falsos mitos sobre el huevo

Además de la creencia errónea de que un huevo crudo tiene más alimento, hay otras que también conviene aclarar:

  • Incrementan de forma alarmante el colesterol en sangre: es cierto que el contenido en colesterol del huevo es alto (fundamentalmente en la yema) pero la presencia de determinadas sustancias (fosfolípidos) dificulta la absorción de ese colesterol por parte de nuestro organismo.
  • Tienen mucha grasa: el contenido en lípidos del huevo es relativamente bajo (7,5%) y del total de esas grasas, tres cuartas partes son insaturadas, de las denominadas “buenas”.
  • Hay que lavar la cascara antes de guardarlos: no es conveniente porque al hacerlo, la cáscara perdería su impermeabilidad y podría existir contaminación bacteriana, incluso en la nevera.
  • Según el color (blancos o morenos) son mejores o peores: el color de la cáscara no influye en absoluto en el valor nutricional del alimento.
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