Cómo preparar nuestro propio guacamole casero

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Todos hemos probado alguna vez esa espesa y deliciosa salsa mexicana conocida como guacamole, muy vistosa por su colorido y muy sabrosa porque no se parece a ninguna otra salsa que podamos encontrar por aquí. Típicamente mexicana, va muy bien con nachos, burritos y todo tipo de comida picante de allí. Ese toque picante que tiene puede ser equilibrado a través de la sal, o de la cantidad de verduras o jugo de limón que se le ponga. Claro que para eso debemos prepararlo nosotros mismos, algo que de todas formas no suele ser muy complicado, como ya verás…

Preparar guacamole casero suele ser una de las primeras aventuras culinarias para muchos jóvenes, fascinados por el sabor de esta exquisita salsa, que quieren sorprender a sus amigos en alguna fiesta con este riquísimo condimento. Como va bien con todo tipo de sándwiches e incluso bocatas, el guacamole encanta a todo el mundo y es una salsa muy versátil con la que seguro que triunfaremos en cualquier cena o almuerzo, si la preparamos bien. Solo necesitamos algunos ingredientes muy fáciles de encontrar y un poco de paciencia para realizar la receta cómo es debido y darle ese toque auténticamente mexicano a nuestro guacamole.

Pasos para hacer guacamole en casa

Nos harán falta aguacates maduros, unos cuatro o cinco bastará para un buen tazón de guacamole. También necesitaremos una cebolla, un tomate, un chile o jalapeño (dependiendo de lo picante que quieras tu guacamole, elegirás una variedad más o menos picante), zumo de limón, cilantro y sal. Con todos estos ingredientes, nos dispondremos a preparar nuestro guacamole casero, cortando en pedazos muy pequeños el tomate, la cebolla y las hojas de cilantro. Los trozos deben ser verdaderamente pequeños, lo máximo que podamos, para luego ponerlos en un mortero, todo junto, que será el recipiente donde prepararemos la salsa en sí.

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Nataliya Arzamasova || Shutterstock


Lavaremos posteriormente los aguacates, que deben estar tiernos pero no pasados, para darle el sabor exacto a nuestro guacamole. Cortaremos por la mitad estos aguacates y tras quitarles el hueso del centro, sacaremos toda su carne con una cucharilla, y lo mezclaremos con lo que ya teníamos en el mortero. Tras esto, añadiremos el zumo de limón o lima y la sal, además del chile o jalapeño, que debe estar igualmente muy bien troceado o picado. Es la hora de machacar todo junto para convertirlo en una masa espesa y homogénea, que como ya sabrás, obtendrá un color verdoso muy particular.

casanisa || Shutterstock

Lo habitual es dejarlo tal y como lo hemos machacado, con algunos trozos todavía a la vista, pero si queremos una salsa más cremosa y todavía más homogénea, siempre se puede pasar por la batidora, aunque esto para muchos mexicanos sería una auténtica herejía. Bien machacado, el guacamole puede saber incluso mejor, por no hablar de la propia textura original. Se sirve tal cual, aunque podemos meterlo en el frigorífico, bien cerrado en algún recipiente, para que nos aguante unos días y podamos disfrutar de esta salsa en varias ocasiones. Y así de fácil tendremos ya nuestro propio guacamole casero.

¿Es bueno comer mucho guacamole?

Hay que advertir que esta salsa es bastante calórica, especialmente gracias al aguacate, un alimento que contiene un alto valor calórico. Eso sí, también nos aporta beneficios a nuestro cuerpo, como el hecho de ser un alimento antioxidante, o también el gran aporte de fibra que nos ofrece. Sus grasas, al ser todas de origen vegetal, son más saludables, y también nos ayuda a regular nuestro tránsito intestinal, siempre que no esté demasiado picante. Si nos pasamos con el chile o los jalapeños pueden provocarnos algún que otro problema en nuestra digestión, dependiendo de lo tolerantes que seamos con el picante.

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