Descargar ebookLos alimentos procesados están presentes en nuestro día a día, pero conviene diferenciar entre los alimentos procesados manualmente y los procesados químicos. Mientras los primeros son más que saludables, los segundos son bastante peligrosos por lo que deberíamos evitarlos. En la lista de alimentos no procesados están las frutas, verduras y frutos secos en estado natural, la miel, los huevos frescos de granja o los frijoles secos; aunque a veces es inevitable recurrir a los procesados.
Antes de hablar de la dieta hay que hablar de los riesgos de los alimentos no procesados, ya que se conservan durante menos tiempo, o pueden incluir patógenos como el E. Coli, la salmonella, la listeria o la campylobacter en el caso de la leche cruda. Quizá los lácteos sean en único ejemplo de alimento procesado que deberíamos incluir en la dieta; porque entre las ventajas de los alimentos no procesados están un sabor más natural o la conservación de unos nutrientes que se pierden durante el procesado.
Una dieta sin alimentos procesados
Ahora que ya sabes qué son los alimentos no procesados llega la hora de retirar a los procesados de nuestra dieta, y lo primero que debemos sabes es identificar cuáles son los alimentos no procesados y cuáles están procesados cuando vamos a hacer la compra. Antes de poner un producto en tu carrito comprueba la etiqueta para consultar sus ingredientes. Cuantos más lleve, más procesado estará el producto. Los productos aparecen en orden descendente según su presencia, así que si en los primeros sitios de la lista hay azúcares o alimentos impronunciables evítalos.
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Cocinar en casa es otra forma de evitar los alimentos procesados en nuestra dieta. Por una parte, al cocinar nosotros huiremos de los alimentos precocinados, que han sido muy procesados para que aguanten el tiempo suficiente hasta que los calentemos en el horno o el microondas; y por otra parte es más fácil controlar lo que comes. Además, siempre que tengas un antojo de comida basura será más fácil que te prepares tu mismo las pizzas o las patatas fritas.
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Muchas veces el abandonar los alimentos procesados supone también un cambio en la alimentación que sigues. Los vegetales y las verduras ganarán peso en tu dieta. Recuerda que debemos comer al menos cinco piezas de fruta al día, así que puedes empezar sustituyendo los cereales azucarados o las galletas de la merienda por una pieza de fruta. También cambiarán tus hábitos de compra, así que en vez de ir al supermercado apuesta por mercados locales, comercio de proximidad donde encontramos productos mucho más frescos y saludables.
Alimentos procesados a evitar
Entre los alimentos que deberíamos evitar a toda costa si queremos prescindir de los procesados en nuestra alimentación destaca la comida basura. Productos como las hamburguesas, los nuggets de pollo o los perritos calientes cuentan con una gran cantidad de conservantes, grasas saturadas, sal y otros productos químicos que acaban con su valor nutricional. Un consumo excesivo de hamburguesas puede derivar en una diabetes, lo mismo que las patatas fritas: tiene muchísimas calorías, sal y conservantes. Mejor freír u hornear patatas naturales.
Tampoco son nada recomendables los refrescos, calorías vacías que en vez de aportar nutrientes nos elevan los niveles de glucosa. Los refrescos pueden dañar el hígado y provocar obesidad. Evita también los cereales azucarados (rellenos de azúcar o miel), que son causantes de sobrepeso y diabetes. Si eliges cereales naturales o integrales tendrás una digestión más fácil. Las barritas energéticas, la mantequilla o las palomitas incluyen una gran cantidad de conservantes y grasas trans, así que mejor buscar una alternativa natural, lo mismo que con el pan, las galletas o los pastelitos que además tienen mucho azúcar.
